lunes, 13 de abril de 2009

Las Ferias Coloniales: Tradición que perdura por todo México.

Esta es la torre del Templo del Señor del Hospital de Salamanca, cuya feria se acaba de realizar durante la Semana Santa.

Las ferias en México están asociadas, en la actualidad, a las fiestas patronales de cada población en donde se conjuga la religiosidad con la diversión, una gama de productos se expenden, pero, debido a las ligas de comercio en la actualidad, cada vez están tomando características distintas, alejándolas de su concepción inicial.

La música y los cuetes son algo esencial en toda feria y fiesta popular, aquí, el “día grande”, el Martes Santo que se celebró el inicio del Año Jubilar del Cristo Negro de El Señor del Hospital.

Los orígenes de las ferias en nuestro país son netamente comerciales y se da inicio en la época colonial, en 1579, luego de poco más de cincuenta años de la caída de Tenochtitlán, cuando el galeón de China llegaba a Acapulco, convirtiéndose en un auténtico centro comercial en donde se comerciaban los productos venidos del oriente, y se promocionaban los productos mexicanos.

En la feria de Salamanca son tradicionales los dulces denominados “alfeñiques” que son algo así como hojaldres de azúcar, en esta foto se ven los fruteros, son comestibles, las pinturas son naturales.

Respecto a la Nao de China, la Red Escolar comenta: “Pero todos los peligros se olvidaban ante los riquezas que viajaban en estas naves. Muchos tesoros atravesaban el océano: de Acapulco se enviaba plata (en barras o monedas), cochinilla para tintes, semillas, camote, tabaco, garbanzo, chocolate y cacao, sandía, vid e higueras de la Nueva España, y barricas de vino y aceite de oliva de España. Desde Manila salían: de China, telas y objetos de seda (calcetas y pañuelos hasta colchas y manteles) y alfombras persas de Medio Oriente; piezas de algodón de la India; de China, Conchinchina y de Japón salían abanicos, cajoneras, arcones, cofres y joyeros laqueados, peines y cascabeles, biombos, escribanías y porcelanas. De las islas Molucas, Java y Ceylán, los marinos traían especias, principalmente clavo de olor, pimienta y canela. Otros productos que proveía Oriente eran: lana de camello, cera, marfil labrado o tallado -de figuras religiosas-, bejucos para cestas, jade, ámbar, piedras preciosas, madera y corcho, nácar y conchas de madreperla, fierro, estaño, pólvora, frutas de China, entre otros”.

Las cosas no han cambiado en los últimos tres siglos, se siguen vendiendo zapatos y sombreros, por decir solo dos productos, claro está, bebidas, no alcohólicas sino de frutas también.

Así sucedía también del lado del Atlántico, ya que Veracruz era el centro receptor y exportador a la vez de los productos de y hacia Europa. El puerto en sus primeros años tuvo serios problemas, se le consideraba una zona insalubre y peligrosa de fuertes contagios, entre ellos la malaria, no todos querían vivir en esa zona, razón por la cual se crea la Feria de la Flota de Xalapa, localizándose a mitad del camino entre el puerto y la Ciudad de México, se volvió el punto ideal donde floreció el comercio y todo lo que esto conlleva. Hacia 1720 se establece formalmente esta feria, allí confluyen gentes de todas partes de la Nueva España, dando un verdadero espectáculo de costumbres, razas, tradiciones y una variedad de productos que igual venían del norte que del sur, así como del oriente o Europa.

Las “Pomonas” son las muñecas de cartón que se siguen haciendo en Celaya, Santa Cruz y Cortazar, poblaciones muy cercanas a Salamanca, son características de la Feria de Salamanca así como de las celebraciones del Jueves de Corpus.

Un interesante reportaje de México Desconocido nos dice lo siguiente “Llamaba la atención el mayordomo de arrieros, (navegantes de tierra adentro), jinete con fuste, espuelas, rienda y látigo que reflejaba en su vestimenta la geografía de sus andanzas: camisa de seda con hilos de oro y plata deslizándose bajo una chaqueta corta de gamuza; calzoneras de cordobán y botas de piel; sombrero de ala ancha y copa baja con chapetón de plata en forma de animal para conjurar "los malos vientos". Fue considerado jefe de la "oleada salvaje" o compañero indispensable y leal en los caminos”

En la actualidad los discos piratas son algo común en toda feria, en la de Salamanca no es la excepción, lo son también los objetos de plástico venidos de China, una diametral diferencia de lo que llegaba de China en esos Galeones coloniales.

Una tercera feria de gran importancia surgió en la zona de los Altos, y siendo San Juan de los Lagos un lugar de peregrinaje y concentración de nutridos grupos de personas de toda la zona centro de la Nueva España, el rey Carlos IV da la aprobación para celebrar oficialmente esta gran feria en fecha 20 de noviembre de 1797. No está de más recordar que el movimiento independentista encabezado por Miguel Hidalgo y demás insurgentes tenían la idea de aprovechar la concentración de personas en San Juan de los Lagos durante la feria para iniciar allí la guerra de Independencia, se pensaba en los primeros días del mes de diciembre, cosa que no sucedió debido a los hechos en Querétaro que conocemos como “la conspiración”.

La comida es fundamental en toda Feria, aquí una muestra de los guisos adecuados para el relleno de las “gorditas” algo también muy característico de la comida tradicional de Salamanca.

Sobre la feria de San Juan de los Lagos, Jorge Alberto Trujillo, del Centro Universitario de Los Altos, nos comenta que: “A la feria religiosa y comercial de San Juan de los Lagos que se realizaba del 20 de noviembre al 20 de diciembre, llegaba gente de todas las clases sociales y de las más diversas ocupaciones. En ella se daban cita comerciantes, feligreses, ganaderos, jugadores, hacendados, vaqueros, rancheros, galleros, bailadoras, viajeros, jornaleros, valentones, burócratas, médicos, policías, agiotistas, contrabandistas, músicos, titiriteros, mesoneros, actores, arrieros, sirvientes, políticos, artesanos, industriales, fritangueras y militares”. Manuel Payno en su magistral obra Los Bandidos de Río Frío complementa la frase diciendo: “...y cientos de rateros, borrachos y gente de mala vida que había venido de los cuatro ángulos de la República.”

Las enchiladas son el platillo tradicional por excelencia en Salamanca, las auténticas son estas, hay quién les dice “mineras” eso es en Guanajuato, sale de sobra averiguar el motivo, es más que claro, en San Miguel las llaman “placeras” pues los puestos se localizan en la plaza central. Las de aquí, son exquisitas y se llaman tal cual, solo Enchiladas.

El interesante artículo sobre la Feria de la Flota en Xalapa lo puedes leer aquí:
http://www.mexicodesconocido.com.mx/notas/1587-Feria-de-la-flota-en-Xalapa-I
http://www.mexicodesconocido.com.mx/notas/1578-Feria-de-la-flota-en-Xalapa-II

1 comentario:

  1. En la cultura popular de nuestro país las ferias son un símbolo de identidad y de orgullo, lamentablemente con el paso del tiempo se van olvidando las raíces y se convierten en algo totalmente distinto donde sólo importa lo banal. Es necesario rescatar lo tradicional. Buen blog! saludos

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