jueves, 18 de junio de 2009

La mina de Santa Brígida en Mineral de Pozos, Guanajuato

Toda la literatura que hay sobe Pozos incluyen siempre como lugar esencial para visitar en Pozos las ruinas de la mina que produjo en un principio para la corona española, el mercurio indispensable para beneficiar la plata. Es la más antigua del Estado de Guanajuato, Santa Brígida que fuera operada por los aguerridos Jesuitas. Se ha vuelto incluso símbolo de Pozos y de San Luis de la Paz en general, aparece en todas las publicaciones, se veía interesante en el folleto y llegar a ella fue más interesante aun. Se localiza a poco más de dos kilómetros del pueblo, atravesando un camino de terracería que pasa primero por una zona semidesértica y luego se convierte en una nutrida nopalera, desde la distancia destacan las tres torres de simétrica perfección, indican que allá en esa zona es donde se levantan los imponentes restos de la mina.

Aunque fue un largo camino, lo recorrí con gusto, admirando el singular paisaje que cambió continuamente, primero una tierra árida, luego campos ya preparándose para la siembra del maíz aprovechando las lluvias que dentro de poco seguramente caerán, siguieron los estéticos mezquites, magueyes y nopales al por mayor. En el horizonte se dibujaba la Sierra Gorda y a la derecha de las tres torres destacaba por su color rojizo la que fuera hace un siglo la Hacienda de Beneficio de Santa Brígida. No sé cuánto tiempo caminé, quizá más de una hora, no lo sé, el panorama me absorbió, los ojos no se me cansaron de ver tanta belleza, retrocedí varios siglos en tan solo un parpadear. El silencio absoluto y el impacto de la mina abandonada fueron la combinación perfecta.

Beneficiar el metal quiere decir precisamente eso, sacarle el beneficio que tiene, es decir, separar los residuos de tierra y de otros materiales que en ocasiones existen juntos, para dejar solamente el oro o, en este caso, la plata. Haciendas del Estado de Guanajuato, publicación del Gobierno del Estado las define así: "Estas haciendas tenían como función principal el “beneficiar” por medio del Azogue (mercurio) los materiales extraídos de las minas a fin de extraer la plata de los minerales (de ahí si nombre). Desde el momento en que se descubrieron los ricos minerales de plata en la Intendencia de Guanajuato, comenzó el arribo de ansiosos mineros y, con esto, la proliferación de hermosas y productivas haciendas de beneficio así como de innumerables propiedades agrícolas y ganaderas siendo estas últimas, a final de cuentas, aquellas en donde se producían todos los artículos de primera necesidad y, por consecuencia, las que abastecían de insumos a las primeras".

Los metales preciosos eran ya conocidos por nuestros más remotos antepasados, los Aztecas denominaban al oro y la plata como “el excremento de los dioses”, con esto nos podemos dar cuenta del profundo significado que encierra el concepto, algo que está dentro del ser divino y que es excretado en uno de los más valiosos materiales, el que solo era usado por la nobleza o en ceremonias de las deidades principales. En una de las Cartas de Relación, Hernán Cortés relata a Carlos V que “… aquí hay toda clase de productos que se encuentran en las provincias, provisiones y legumbres, así como ornamentos de oro, plata, plomo, bronce, cobre, estaño, madreperlas, conchas y plumas…”
Esa tradicional hospitalidad que mostramos siempre los mexicanos, especialmente a los extranjeros, nos viene de tiempo atrás, Moctezuma a la llegada de Cortés a la Gran Tenochtitlán le entregó una serie de regalos, valiosas piezas labradas en oro y plata, perlas y esmeraldas. Lamentablemente la ambición de riqueza que ellos, los españoles tenían, hicieron fundir los riquísimos trabajos de orfebrería recibidos, para luego ser vueltos a trabajar en España y convertirse, seguramente en cálices o algún otro objeto ritual de la misa Católica. Entre los presentes entregados había un pez que Carlos V regaló al Papa, cuando el famoso orfebre Benvenuto Cellini lo vio quedó sorprendido ya que el cuerpo del pez estaba hecho de plata con las escamas de oro y habían sido fundidos en un solo molde, cosa por demás sorprendente ya que en Europa se desconocía el procedimiento de amalgamación que era ya dominado por los antiguos mexicanos.

En la época prehispánica las vetas de plata se encontraban en la superficie, eran, por decirlo así, fáciles de encontrar, vendría luego el procedimiento de la mina, que es el hoyo que se cava para sacar del interior de la tierra los metales preciosos, esos hoyos fueron múltiples en Pozos, de allí el origen de su nombre. Fue hacia 1589 que el Virrey Luis de Velasco concede la explotación de Palmar de la Vega a los Jesuitas y son ellos quienes inician la extracción de metales, construyendo en 1595 los hornos que seguimos viendo aun en pie. Iniciaba la época de prosperidad y riqueza en la ahora llamada población de San Pedro de los Pozos. La mina asignada a los seguidores de San Ignacio de Loyola contaba con la importante característica de extraer ahí el mercurio, indispensable para la producción argentífera.

La explotación de la mina de Santa Brígida continuó en manos de los Jesuitas hasta la expulsión de la orden de todos los territorios de la Corona Española dictado por Carlos III, en 1778. La mina pasa a propiedad de un particular, al poco tiempo estalla la Guerra de Independencia y la producción minera en todo el país se ve afectada, la inestabilidad reinante luego de proclamarse la independencia del México detuvo el avance de la minería y, en general, de toda actividad, siendo hasta finales del siglo XIX, en pleno porfiriato que la minería cobra un nuevo impulso, en Santa Brígida se construye una planta moderna, con lo más avanzado que en la época se contaba y continuó generando grandes cantidades del preciado metal.

Los minerales se agotaron, al igual que en las demás 300 minas existentes en la zona, la ambición llevó hacer mas profundos los tiros y todas se inundaron al rebasar el límite de la prudencia y romper la bóveda que contiene el agua de los mantos freáticos. Santa Brígida fue abandonada en la segunda década del siglo XX. En la actualidad podemos pasar toda una mañana explorando la vasta zona donde se levantan la ruinas de esta mina, cuenta con la característica de tener los respiraderos que se construían con el fin de proveer con aire fresco dentro de los intrincados caminos subterráneos. Es necesario caminar con precaución en la zona y, en general, en todo Pozos, pues no sabemos cuándo nos encontraremos con un tiro profundo, el cual no está señalado y lo menos que nos podemos esperar son 250 metros en caída libre.

Es un lugar impresionante, de una vastedad conmovedora, el solo hecho de conocer la Mina Santa Brígida compensa la visita a la zona noroeste del Estado de Guanajuato, donde comienza la Sierra Gorda, una faceta más que esta tierra pródiga nos ofrece. Definitivamente Pozos es el secreto mejor guardado de Guanajuato. El acceso es muy fácil, tomando la carretera que va de Querétaro a San Luis Potosí veremos la desviación hacia la derecha a San Luis de la Paz y de allí a tan solo 8 kilómetros se ubica Mineral de Pozos con sus infinitas maravillas y una paz envidiable, de la que en pocos lugares puedes encontrar.








2 comentarios:

  1. ok no cabe duda d lo mas hermoso q es nuestro planeta solo basta darnos cuenta d algunas cosas para describirlo y nosolo esto si no tantas mas cosas hermosas qay por descubrir dia a dia con el paso d nuestro caminar por la vida ynos encontramos con estas cosas qnos asen descubrir la majia q diOS NOS A REGALADO PARA DISFRUTARLO AL MAXIMO.

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  2. Oye y el edificio que se ve en color blanco con rojo... Que tiene en su interior????

    Me interearia visitarla aun mas, si fuera posible entrar al lugar y a las minas..

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