sábado, 13 de noviembre de 2010

Tamaulipas, la parte de México que también participó en la guerra de Independencia


Pues bien, sigo en la deuda [cosa que no me agrada] de compartirte fotos y más fotos, el archivo ha crecido de tal manera que supera ya las 11 mil, por lo tanto material tendremos de sobra durante lo que resta de noviembre y diciembre, el asunto es que el cpu funcione adecuadamente. Mientas eso sucede te cuento que a la par de El Bable publico Cabezas de Águila, en donde esos monumentos diseñados por Tomás Chávez Morado va marcando los lugares por donde el cura de Dolores siguió su camino. Nunca imaginé que llegara el momento en que se me complicara seguir la ruta de Hidalgo, por un lado la imposibiliad de ir a documentar y verificar cual fue la verdadera ruta, ahorita estoy tratando de averiguar que fue lo que sucedió luego de la derrota en Puente de Calderón, en donde hay muchas versiones del camino seguido, como queira, ya avanzamos hasta salir del estado de Jalisco, allí gracias a un amigo "virtual", es decir, no lo conozco físicamente sino por correo, me apoyo enormemente pues todo el material fotográfico de las últimas entradas en ese blog me las envió él, Sergio Adrián, a queien le estaré siempre muy agradecido.


Lo bueno de todo este recorrido ha sido que, como ejercicio de lectura me ha llevado a aprender más y más de las circunstancias que realmente vivieron los personajes y que, a final de cuentas, como humanos, se dejaron llevar por los sentimientos, envidias y ambiciones que cualquier persona tiene, eso ha humanizado a los héroes y los ha bajado del pedestal, para así, comprender realmente los hechos. Por si no lo sabes, desde el mismo 16 de septiembre de 1810 Hildago y Allende ya traían pleito, uno quería hacer unas cosas, el otro otras; los asaltos y saqueos que se fueron dando por todo Guanajuato, Michoacán, Estado de México y parte de Jalisco nunca fueron del agrado de Allende, Hidalgo, por así decirlo, se "hacia de la vista gorda". Peor aun cuando se dieron los degüellos en Valladolid, luego en Guadalajara. El punto de rompimiento ya se había dado, al perder en Aculco pues Hidalgo jaló por un lado y Allende, por el otro.... por cierto que ambos pasaron por aquí, por Salamanca, el 11 o 12 de noviembre (hace un Bicentenario) solo que, con horas de diferencia, uno rumbo a Valladolid, el otro a Guanajuato.


El pleito grande se dio antes de la Batalla de Calderón, "el cura bribón", según lo nombró Allende, estuvo a punto de ser envenenado por él mismo, y a los pocos días en la hacienda de San Blas, actual Pabellón Hidalgo, más a fuerzas que de ganas, Hidalgo sedió el mando a Allende... hubo un hecho que luego acarrearía graves consecuencias, lo personificó Elizondo, al cual Allende no quiso elevarlo de grado... esto nos lleva a estudiar un poco de la historia de Tamaulipas, por cierto, si conseguí este libro fue por una buena casualidad al visitar el pabellón que el Gobierno de Tamaulipas montó en la Expo Bicentenario, pues al contarles del blog de Cabezas de Águila me obsequiaron con varios libros, de uno de ellos te comparto lo siguiente:


"Revilla fue uno de los poblados establecidos durante este proyecto. Se trataba de una ranchería fundada el 10 de octubre de 1750 en la confluencia del río Bravo y el Salado. Revilla fue fundada por Vicente Guerra, un rico propietario de Coahuila, con 26 familias que sumaban un total de 115 personas. El pueblo creció a run ritmo lento, pero estable -en 1753 apenas llegaba a las 43 familias. Una inspección oficial encomendada en 1757 por el virrey marqués de Amarillas (Agustín de Ahumada y Villalón) y encabezada por el capitán José Tienda de Cuervo y su asistente Agustín López de la Cámara Alta, reveló que Revilla tenía 58 familias que sumaban un total de 350 pobladores, entre españoles, mestizos y mulatos. Estas familias, en su mayoría emigradas de Nuevo León, estaban distribuidas en una vasta área debido a sus actividades ganaderas. El total de ganado, caballos, mulas y ovejas superaba las 50 mil cabezas y toda la colonia sumaba más de 8 mil habitantes.


"Debido a us expediciones en Nuevo Santander, el gobierno español siguió modificando su sistema admnistrativo y nombrando oficiales con la cualidades necesarias para controlar la situación. Por tal motivo, Féliz María Calleja del Rey, consejero muy allegado a virrey Juan Vicente de Güemes Pacheco de Padilla, segundo conde de Revillagigedo, fue enviado a inspeccionar el área en 1794. Al terminar su encomienda, entregó un reporte el 25 de junlio de 1795.


"Calleja observó el crecimiento de Nuevo Santander, que ya contaba con una ciudad, 25 villas, 17 haciendas, 435 ranchos, casi 45 mil habitantes y cerca de 800 mil cabezas de ganado. Su mayor preocupación era la situación de la colonia. En su reporte calificaba a la gente de floja, sarcástica y pusilánime. Decía que las misiones eran incapaces de mejorar la situación pues ellas mismas eran un mal ejemplo. Por su pare, el jército no estaba en mejores condiciones, pues le faltaba una buena asesoría y estar mejor abastecido".


Aquí nos damos idea como fue el desarrollo de la parte noreste de México, habrá que recordar que Texas era territorio de la Nueva España... Calleja no terminó toda su encomienda en la zona cuando el movimiento insurgente estalló, fue así como, moviéndose desde su cuartel en el Valle de San Francisco, al sur del actual San Luis Potosí se enfrentó a Hidalgo en Aculco, luego lo haría en Calderón. José Mariano Jiménez, otro de los héroes del que no conocemos totalmente sus actos, se queda a cargo de la región noreste.


"El siguiente territorio del norte de México en caer en manos de los insurgentes fue la provincia de Caohuila donde la rebelión siguió un curso parecido a la de Nuevo Santander. El gobernador español, Antonio Cordero, permaneció leal, pero su ejército, contagiado por la doctrina revolucionaria se rebeló. Cuando Cordero conoció al general Jiménez en Saltillo, la mayoría de sus 2 mil soldados s ehabían pronunciado a favor de los liberales. Cinco de los capitanes arrestaron a Cordero y nombraron a Jiménez jefe del ejército. La conquista de Coahuila, obtenida sin una solo disparo, influyó a la rebelión de las tropas de Nuevo León. Ya con el control de estas tres provincias, Jiménez, estableció su cartel en Saltillo, de modo que tenía bajo su mando las provincias de Coahuila, Nuevo León y Nuevo Santander; Texas era el siguiente territorio por conquistar.


"Texas fue un territorio para ambos bandos. En esencia, los rebeldes vieron a Texas como una fuente de ayuda o, en caso de que las csosas empreoraran, una posible ruta de escape hacia Estados Undios; en tanto que las fuerzas realistas se percataron de la importancia de recapturar Texas para evitar estas dos posibilidades. Por lo tanto, mientras que los rebeldes se dirigían a Saltillo, los realoistas se dirigían a Texas. Para derrotar a los rebeldes, se armó un ejérito realista de aproximadamente 200 hombres y dos cañones bajo el mando del protegido de Calleja, el coronel José Joaquin Arredondo. La expedición debía ir de Veracruz a la Bahía del Espíritu Santo y de ahí a Béxar. No obstante, después de enterarse de los problemas de navegación que enfrentarían en la costa, se tomó la decisión de llegar a Tampico y continuar desde ahí. Por lo tanto, Arredondo recibió la orden de sofocar la rebelión en Nuevo Santander, ya que fue el primero en llegar al lugar. Con esa intención se embarcó en el Regencia y salió de Veracruz hacia Tampico junto con su ejército de 500 hombres el 16 de febrero de 1811.


"Estos acontecimientos contribuyeron a estimular una contrarrevolucipon en Texas en contra de Las Casas, El lider de la rebelión fue el padre Juan Manuel Zambrano, quien por ese tiempo vivía retirado en Béxar. Anteriormente, Zambrano había pasado de realista a rebelde y ahora veía la ventaja de ser realista otra vez. Sin embargo, su maniobra se vio dificultada por la llegada a Béxar de Ignacio Aldama, uno de los principales miembros del ejército de Hidalgo, y del padre Juan Salazar, el cura del general Jiménez. Estos dos hombres habían sdo comisionados en febrero para ir a Estados Undios a conseguir ayuda para los rebeldes, pero se detuvieron en Béxar para tomar un descanso. Zambrano trató de involucrarlos en su intriga diciéndole a salazar que Las Casas había abandonado la causa por el intereses personales y que debería ser depuesto. Cuando el sacerdote se rehusó a cooperar, Zambrano esparció la historia de que Aldama era en realidad un espía de Francia. Incluso convenció a la gente de San Antonio de que el eleborado uniforme de Aldama correspondía al de un mariscal de campo francés.


"El 1 de marzo de 1811, Zambrano llevó a cabo su contrarrevuelta. Esa media noche, él y otros diez conspiradores convencieron a las tropas de declarar su lealtad a España, crear una junta y elegir a Zambrano para la presidencia. Él y sus seguidores giraron órdenes para arrestar a los líderes rebeldes. Las Casas y Sáenz, junto con Salazar y Aldama, fueron capturados y encarcelados. Salazar y Aldama fueron despojados de 33.5 lingotes de plata que traían para comprar armas en EU. Zambrano fue perdonado de su anterior desacato contra las autoridades españolas por participar en esta maniobra; la iglesia incluiso se lo agradeció públicamente.


Mientras que la guerra parecía inclinarse a favor de los realistas, el Ejército de América, que para entonces había disminuído de 8 mil a 5 mil miembros aproximadamente, y sus líderes, Hidalgo y Allende, se reunieron en Saltillo con el general Jiménez. después de decidir que la mejor opción era dejar al general Ignacio López Rayón a cargo del ejército en Saltillo, los otros tres caudillos planearon ir hacia Estados Unidos con un ejército de unos mil soldados para tratar de reunir más hombres y abastecimientos. El plan fue aprobado el 16 de marzo por un concejo de guerra y el cura Hidalgo le indicó a Rayón que asumiera el mando.


Ante este mismo concejo, José Bernardo Gutiérrez de Lara, el propagandista, se presentó para ofrecer su vida y su fortuna a favor de la revolución. Gutiérrez había iniciado su marcha hacia Saltillo en abril para ver a Jiménez, pero encontró a Hidalgo y Allende en la hacienda de Santa María, en las afueras de Saltillo. Su vehemente deseo de ayudar al movimiento intersó a los caudillos rebeldes, y el hecho de que tuviera influencia y dinero, o al menos eso parecía, los hizo aceptar su ofrecimiento. Fue nombrado teniente coronel en el Ejército de América y recibió la orden de reuinr tantos hombres como le fuera posible y de marchar hacia el cuartel de Río Grande, conocido entonces como el presidio de San Juan Bautista, al oeste del río Bravo.


No obstante, antes de su partida hacia Nuevo Santander, llegaron noticias de que Las Casas había sido arrestado por la contrarrevolución en Béxar, y que Aldama y Salazar tenían otra misión: hacer los arreglos necesarios par que Béxar fuera el punto de recpeción del armamento comprado en Estados Unidos y también un centro de reclutamiento para los voluntarios que, se esperaba, llegaran del norte. Este plan terminó en la caputra de los dos embajadores. Al enterarse de lo ocurrido en Texas, Gutiérrez ofreció llevar a cabo un plan. Pidió la autorización de Hidalgo para ir a Estados Unidos a solicitar ayuda. Requirió todo el oro que los líderes pudieran entregarle, una escolta de 50 hombres elegidos personalmente en el cuartel de Río Grande y un secretario. Hidalgo, con la presencia de un concejo secreto, dio su aprobación y nombró a Gutiérrez ministro plenipotenciario.


Antes de su viaje, Gutiérrez decidió que lo mejor sería cumplir su primera encomienda de reunir hombres llevados a Río Grande. De modo que se dirigió hacia allí, mientras que, por razones de seguridad, los otros líderes se encaminaron hacia Monclova. Pero Jiménez cometió un error fatal antes de que los caudillos salieran de Saltillo. Les comunicó a sus oficiales las decisiones tomadas en Saltillo. El general Pedro de Aranda, líder rebelde de Coahuila, recibió un comunicado especial donde se trazaba la ruta que Hidalgo y sus oficiales seguirán para llegar a Estados Unidos.


Salcedo, anterior gobernador de Texas y que había sido transferido dos meses antrás a una prisión a tres leguas de Santa Rosa, Coahuila, en la hacienda del teniente coronel Ignacio Elizondo del ejército rebelde, volvió a aparecer en escena. Sacando provecho de sus semanas de confinamiento y estimulando la ambición de Elizondo, Salcedo trató de convencerlo de regresar al bando realista. Cuando el general Allende, hombre del cura Hidalgo, le negó un ascenso, Elizondo aceptó las promesas del gobernador y, a mediados de marzo, renovó su alianza con España. El 17 de marzo, demostró su lealtad capturando al general Aranda en Monclova. Posteriormente, cuando descubrió el mensaje de Jiménez, obtuvo un ascenso.


Al saber que los rebeldes llegarían a los manantiales de Baján el 21 de marzo de 1811, Elizondo reunió sin tardanza un ejército de 300 hombres y se dispuso a interceptarlos. Dado que Hidalgo seguía creyendo que Elizondo era un aliado, fue captruado con facilidad. Allende, Jiménez, Aldama y sus 47 hombres fueron aprehendidos junto a él". (1)

Fuentes:


1.- Clark Milligan, James. José Bernardo Gutiérrez de Lara, mexicano fronterizo, 1811-1841. Gobierno del Estado de Tamaulipas. Ciudad Victoria, 2010.


Este extracto lo hago del libro que originalmente fue una tesis doctoral en historia y que el Gobierno del Estado de Tamaulias tuvo a bien reimprimir con motivo de los festejos del Bicentenario del Incio de la Guerra de Tamaulipas.

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