martes, 21 de diciembre de 2010

Las santas alcancías

No sé si a tí, pero si me sigues, seguro estoy que sí te interesa saber de las cosas tan comunes que por ser eso, comunes, pasan desapersividas, pero tienen un significado, regularmente profundo del por qué se hacen y para qué se hacen, tal es el caso de las alcancías, palabra que, como lo he comentado en varias ocasiones, toda aquella que en español comience con AL, lo más seguro es que tenga un orígen árabe, y alcancía lo tiene, y es, efectivamente árabe la palabra y quiere decir tesoro.

La palabra original viene del árabe clásico KANZ que significa tesoro y, como bien lo sabemos, se le agrega el prefijo AL, que sería nuestro actual EL y se generó la ALKANZÍYYA (lo del íyya te lo debo para cuando me entere lo que quiere decir, seguramente un sufijo que denota acción, el acto de... en este caso, el acto de atesorar.)

Recorriendo estos caminos de México y visitando uno a uno sus templos encuentro ocasionalmente estas alcancías que estuvieron muy de moda hace ya medio siglo, esos acólitos de tierna mirada que, como no queriendo la cosa, sólo sostienen la alcancía entre sus manos para recordarte que debes de dejar algo. La alcancía de acólito de ésta foto es de Silao, las anteriores de Salamanca, poblaciones ambas, en el estado de Guanajuato.

Ahora, frente a una alcancía que encontré en Briseñas, Michoacán, te cuento que la más típica y tradicional alcancía que existe es la de puerquito y no es el invento de alguien que amaba a estos animales o una asociación de ideas a la abundancia que un puerquito pueda tener, pues abundancia de grasa quizá sí, pero de otra cosa más, lo dudo. Así pues, pasemos al orígen de la razón del puerquito.

Resulta que en el siglo XV, XIV, o aun, antes, no existían los bancos, tal cual los conocemos ahora, sin embargo la gente, igual que ahora, las que podían, ahorraban dinero, monedas, pues billetes aun no se implementaban. En la antigua Gran Bretaña la alfarería producía una buena cantidad de objetos, uno de ellos, una especie de jarra o de vaso, hecho con la arcilla conocida en la zona y en ese tiempo, la llamada PYGG. La implementación de la palabra PIG para designar a un cerdo aun no estaba en giro, bien sabemos que el idioma va evolucionando al paso del tiempo... pues bien, quienes guardaban sus monedas, no tanto para ahorrar, sino para conteneralas en un lugar específico usaban la PYGG JAR, algo que traduciríamos como el vaso del puerco, pero recordemos, pygg era la arcilla. La alcancía que vemos es en un templo de Jocotitlán, Estado de México.

Al paso del tiempo, se implementa el uso de la palabra PIG para designar al puerco, al cerdo, y la arcilla del tipo PYGG se seguía utilizando... sigue pasando más tiempo y los bancos hacen su aparición, la asociación de ideas estaba ya hecha de siglos, el PYGG JAR, lugar donde se guarda el dinero y el BANK lugar donde los cerdos (banqueros) chillan por más y más dinero. Nacen así las alcancías de forma de puerquito.

Una última toma en otro templo más en Salamanca, Guanajuato. Ah, y si algún día ves un puerquito junto a un santo, no es que se refiera a una alcancía, es la representación de San Antonio el Grande, es decir, San Antonio Abad (17 de enero), patrono de los animales, por eso su atributo es un puerquito, un pig de pygg.

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