viernes, 10 de diciembre de 2010

Una breve visita a Villa del Carbón, Estado de México

A Villa del Carbón llegué desde Xilo, fue una travesía muy agradable, mis amigos de ese rumbo, los de Xilo, los conocí precisamente a través de éste blog, son ya dos visitas que hago y me hospedo con ellos, con esto puedo comprobar como los medios actuales de comunicación nos hacen socializar intensamente, la cosa está saberlos utilizar, seguramente las nuevas generaciones harán maravillas, solo que, basándome en los comentarios que de los jovenes recibo, veo que con todo y nuevas tecnologías, mientras no se tenga cacumen, de nada sirven medios tan avanzados... pero no me salgo del tema y volvamos a que estamos llegando, luego de cruzar un espléndido bosque, entre muchos pinos, un poco de neblina, mucho frío y algo de lluvia a Villa del Carbón, en las alturas del Estado de México.

A diferencia de muchas de las poblaciones de la zona norte del Estado de México, Villa del Carbón fue una fundación reciente, y si se llama así es porque, evidentemente, por los rumbos se producía el carbón. Su templo principal lo encontramos en la plaza, donde todo se desarrolla, se llama Virgen de la Peña de Francia, vemos a la entrada que conservaron la tradición de colocar una cruz atrial .

Y ya adentro, será por la hora en que llegamos, las condiciones climáticas, la amenaza de una abundante lluvia, el templo era sobrecogedor, frío, oscuro y solo destacaba al fondo en el punto principal del altar mayor la advocación Mariana que en este lugar se venera, precisamente el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de María.

Afuera, en el jardín principal se veía ya poca gente, el frío seguía incrementándose y de pronto la lluvia se soltó, así que a correr y, corriendo por los portales encuentro esta, sin lugar a dudas, maravilla que bien haría las delicias de un gourmet, una venta de hongos de todos los que en el bosque de Villa del Carbón crecen... mira nada más que cosas:



Qué mejor complemento a los hongos que las flores de calabaza... imagíante las quesadillas que nos servirán más adelante. Pero, te cuento que en ese rumbo, en la mitad del siglo XIX, cuando los asalta caminos eran cosa normal por nuestro país, había una banda, llamada los Plateados, que se ocultaban precisamente aquí, en Villa del Carbón. Leyendo a Íñigo Lavidada encuentro: "La mayoría de los plateados que operaban en el Cerro Grande vivían en Villa del Carbón. Se identificaban con una hoja de roble en el sombrero. Este aditamento servía también de salvoconducto para los que recorrían el Camino Real". Lo dicho, no hay rincón de México que no guarde una historia interesante".

Medio bajó la lluvia y paseamos un poco, encontramos el árbol de las manitas, ese que hace pocos días te presenté aquí, luego vimos los monumentos que se levantan, el que fotografío siempre es el de Miguel Hidalgo pues estoy haciendo una, digamos, colección de monumentos y pinturas que de él se han elaborado a todo lo largo y ancho del país. (Los puedes ver en el blog de Cabezas de Águila).

Y aquí está... me llama la atención que, contrario a lo que pensé, basándome en que hay, en número redondo 2500 municipios en México, hay otro tanto de cabeceras municipales, deduje, sin pensarlo más a fondo que habría esa misma cantidad de monumentos a Miguel Hidalgo, pero no ha sido así, ahora que pongo más atención a ellos, me he dado cuenta de que hay una buena cantidad de poblaciones que no tienen monumento a Hidalgo, me sorprende que un buen número de ellas sí lo tienen a Emiliano Zapata.

Los portales antes de que se soltara la lluvia se veían si bien no abarrotados, con el tránsito normal de gente en un día regular en las primeras horas de la tarde... encontré allí una gran cantidad de tiendas que venden artículos de cuero, quiero pensar que allí la talabartería florece. Como iba con mis amigos que conocen muy bien la zona, nos fuimos a comer a una especie de fonda, que más bien era la sala de una casa en donde se sirvieron delicias, el lugar está abierto al público pero, como me suele suceder, aun no me convenzo de que debo tomar notas, me confío en la memoria, otrora recordaba todo y ahora ya no... el tiempo pasa, indudablemente.

Pues si algún día planeas una vacación o un fin de semana, te aseguro que basándote en Xilotepec tendrás la oportunidad de conocer una buena cantidad de cosas, todas soprendentes, todas accesibles, todo está en querer.

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