viernes, 11 de noviembre de 2011

Un día normal de mercado, auténtico mercado, en el Bajío.

Hoy daremos un vistazo al mercado municipal en su nueva ubicación, nueva quiere decir 39 años que se cumplirán en cuatro días más. El actual mercado, que está desbordado en capacidad desde hace varios años, fue inaugurado el 15 de noviembre de 1972 y es el que veremos hoy. Eso me hace recordar varias cosas, una de ellas el lugar donde antes de ese año se encontraba, en lo que ahora es la Plazoleta Hidalgo, justo frente al templo de San Agustín. Ese mercado fue construido en la administración de con Carlos Espinosa Partida, fue en 1943 cuando entró en servicio. Duró 29 años en ese sitio, el cual fue elegido por tradición ya que antes de que se construyera propiamente un mercado el comercio allí se daba, ya que durante casi un siglo eran las calles que ahora conocemos como Juárez y Zaragoza y era a donde llegaban las diligencias que comunicaban a Salamanca con Irapuato y con Celaya y de allí a otros puntos.

Al decir que el mercado está desbordado me refiero a que todas los casas que están en las calles en torno al mercado se han vuelto locales comerciales, tiendas, abarrotes, bodegas, restaurantes, y llega el momento que el mercado se extiende más allá de ese entorno y se va cuadras atrás y adelante, cuadras a los costados y toda, toda la zona se ha vuelto comercio de perecederos básicamente. Comenzamos nuestro recorrido frente a una de los tantos locales donde se venden las afamadas carnitas, en algunos de ellos encontramos, como reza el cartel: patas de puerco en vinagre.

Estas son las "manitas" o "patitas" de puerco.

Los granos son cosa común en las tiendas que venden a granel estos productos.

La propia calle se vuelve punto de venta, en este caso, de chiles y xoconostles.

La producción casera se vende también...

Hechizos, amarres, productos milagro, santos no aceptados por la Iglesia, y todo tipo de cosas propias de las artes negras se encuentran también en el mercado.

Más granos en venta por kilo...

Y granadas...

Los puestos de verduras y legumbres se engalanan al ir acomodando pieza por pieza y formar una auténtica obra de arte.

Y ni que decir de los puestos de fruta.

O de los de ropa...

Los músicos son cosa habitual en el ambiente propio del mercado.

Una por demás exótica mesa...

Manojos de yerbas de olor, sea para la comida, o, cuando llevan una flor roja, las adecuadas para las limpias.

Hay la creencia que al tener una albahaca en la tienda, atraerá más clientes, en este caso, la albahaca está en una bota a manera de maceta.

Hermosos estos maíces, blanco, morado y amarillo...

Estos son "cueritos" que no es otra cosa que el cuero del puerco, este se vende crudo, no frito como es el chicharrón, de aquí se harán tortas y tostadas.

Extrañamente nos topamos dentro del caos que es ese mercado, con unos baños bastante limpios.

Y llegamos a una parte que a muchos no les gusta ver, la sección de carnicerías, en donde encontramos esta panza de vaca, propia para el menudo.

Y un puerco ya limpio de vísceras para que cada quien elija la parte de su gusto.

Un acercamiento a las entrañas de ese animal.

Grasa animal...

Esto sí que no sé de que se trate...

Unas rosas para aquellos que no gustan de las carnicerías...

Hígado...

Sesos...

Cabeza...

Unas peras para mitigar la impresión...

Corazón...

Pues así, así son las idas al mercado, hay de todo lo imaginable y en ocasiones lo que no imaginabas también.

1 comentario:

  1. Me gustaron las rosas, las macetas, las frutas, bueno todo, hasta la panza.
    Gracias, espero un día ir por allá.
    Saludos!!

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