viernes, 9 de marzo de 2012

Ramón Alcázar, hacendado guanajuatense.

La fotografía que vemos, no muy clara, pues la obtuve de una copia fotostática que fue tomada hace tiempo, cuando la nitidez de la fotocopia no era de la calidad de la que actualmente tenemos. Como quiera nos damos una idea de lo que era parte de la sala-museo que don Ramón Alcázar Castañeda tenía. Él era uno de los acaudalados, mejor dicho, el más acaudalado, de la ciudad de Guanajuato durante el porfiriato. Su fortuna venía de herencia y de los buenos negocios que logró hacer en sus muchas facetas como banquero, comerciante, minero, político y, además, hacendado. Una de sus haciendas era la de Chichimequillas, localizada entre Guanajuato y León, en el municipio de Silao. Tal vez recuerdes que fue precisamente en esa hacienda en donde, se dice, fue que se introdujo la danza del Torito. De don Ramón Alcázar me enteré por mera casualidad, pues a quien yo estaba investigando era a don Pedro González, eminente salmantino que participó en el XI Congreso de Americanistas celebrado en 1895 en la ciudad de México llevando la representación del Estado de Guanajuato y, al averiguar más sobre dicho Congreso fue que supe de que no iba solamente él, sino que fueron ambos. Pero mejor vamos por partes.

Ahora vemos un cuadro que pertenecía a la colección de Ramón Alcázar, si observas con atención, notarás que está colgado en la pared del lado derecho de la sala, según se ve en la fotografía anterior. Se dice que es de las alegorías que pintó Rodrigo de Cifuentes sobre la sumisión del Senado de Tlaxcala a Carlos V. Ramón Alcázar nació el 23 de diciembre de 1843 en la ciudad de Guanajuato, hijo de don José Ramón Nicolás Bernardo Alcázar y de doña Dolores Castañeda. Su padre era comerciante en Guanajuato, tenía un Cajón, como en esa época se le denominaban a los almacenes, en él vendía a crédito y se cree que además hacía préstamos de dinero. El cajón se llamaba Cajón de las Palomas.

"En Guanajuato a de haber conocido a Guillermo Stallforth, quien provenía de la hanseática ciudad de Bremen y con quien establecería la Stallforth-Alcázar & Co., cuyo giro principal, al inicio, fue el comercio de máquinas para la minería. Tal vez se inició en la política motivado por su hermano Ignacio -quien fuera diputado por Guanajuato de 1873 a 1876-, ya que en 1876 don Ramón tuvo un puesto en la administración local. Fue también en esta época cuando inició sus inversiones en el ramo agropecuario; no se descara la idea de que sus primeras propiedades campestres las haya heredado y poseriormente, al ir fortalenciendo sus finanzas, haya adquirido algunas tierras en Guanajuato..." (1)


Otra fotografía más en que se aprecia una parte minúscula de las piezas de la colección de Ramón Alcázar, eran 30mil los objetos que la conformaban. Aquí vemos vasijas, pebeteros y platos. Me da la impresión de ser de la cultura Chupícuaro por los dibujos y grecas que se alcanzan a notar. Para 1873, aproximadamente, se casa con Luisa Irbagüengoitia y Sánchez del Villar, hija de un rico minero guanajuatense, estableciendo su domicilio en la Plaza Mayor, justo enfrente de donde actualmente está la estatua de La Paz.

Por su trato, cultura, relaciones y posición social, logra entablar amistad con Porfirio Díaz, esto lo supo canalizar muy bien para acrecentar su fortuna pues logró entrar en el sector financiero logrando obtener concesiones para fundar el Banco de San Luis Potosí en 1897; el Banco Central Mexicano y el Banco de Jalisco en 1898; y para 1900 el Banco de Guanajuato. Todas ellas no son otorgadas a él únicamente, sino a grupos de accionistas, que eran conformados por las gentes más pudientes y representativas de la sociedad mexicana, las más allegadas al grupo de poder de porfiriato.


Este es uno de los objetos más interesantes que fueron fotografiados de la colección de Ramón Alcázar, se trata de una tilma de pita encontrada en una pirámide en las cercanías del actual Apaseo el Alto, en el pueblo de San Bartolo. Apasionado, don Ramón, de la cultura, en sus viajes al extranjero adquiría todo tipo de objetos artísticos, y ni que decir de lo que iba colectando en nuestro país, como una silla que perteneció a Hernán Cortés, la que vemos en la primera toma.

Sabedor de sus relaciones, logró manejarlas adecuadamente, para 1888 logra una Diputación, la cual conservó por doce años; luego obtuvo una Senaduría, por el Estado de Sinaloa la cual mantuvo de 1900 a 1912. Se dice que nunca conoció Sinaloa.

Encontramos algo que me parece de lo más interesante al leer una copia fascimilar de una carta que Porfirio Díaz le envía el 17 de noviembre de 1898 en donde le pide represenar a México en Congreso de Hacendados el 15 de diciembre en Forth Worth, Texas. La razón era, además de la amistad y la posición política con la que ya contaba, sus posesiones: las haciendas de Otates, Chichimequillas, San Carlos y Tipitarillo, todas ellas en Guanajuato, además de una localizada en Michoacán, por el rumbo de Zamora, llamada San Isidro, "que llegó a contar con 50,000 hectáreas".

Pero no todo fue miel sobre hojuelas, como se suele decir. Pues la crisis en que estaba envuelto el gobierno del presidente Díaz comenzó a afectar a algunos, uno de ellos, Ramón Alcázar, pues sus negocios no rendían los frutos a los que estaba acostumbrado. "Efectivamente, la bonanza acababa con el régimen de Díaz. Para 1909 le sugerían que vendiera su colección de antigüedades, la cual fue valuada en $300 000 y contempló la posibilidad de que fuera adquirida por el Museo Nacional de Historia. La operación no se realizó ese año, pero sí se concretó en 1914, muy probablemente después de que Ramón Alcázar muriera. Según datos proporcionados por Amparo Gómez (Investigadora del Museo Nacional de Historia, quien trabaja en una investigación sobre la colección de antigüedades que perteneció a Alcázar)". (2)

Efectivamente, parte de la colección fue a dar al Museo Nacional de Historia localizado en el Castillo de Chapultepec, que, por azares del destino está precisamente en el alcázar del castillo, vimos ya que estaba valuada en 300 mil pesos de cuando la paridad era la misma con el dólar y considerando que era la primera década del siglo XX, la suma era una fortuna. "La colección Alcázar es quizá uno de los pilares de del acervo que tiene el Museo Nacional de Historia, el Museo del Virreinato y varios museos regionales. La colección original era de 30 mil piezas que Ramón Alcázar puso a la venta en 1910" (3). Surge, pues, la duda que si siendo Alcázar el más rico de Guanajuato y de toda la región, ¿cuál era la necesidad de vender la colección?

La respuesta la encontramos en uno de los directores del Museo: "Los criterios de incremento en la colecciones son muy fortuitos, muy circunstanciales. Por ejemplo, gran parte de la colección del Museo proviene de la Colección Alcázar; Ramón Alcázar, el guanajuatense, al que se le tuvieron que confiscar. Entonces, parte eran confiscaciones como ésta o adquisiciones..." (4).

Entonces la Colección no fue comprada, sino confiscada. Esto nos da la idea de que al final, el negocio tan sólido creado por don Ramón lo había dejando de ser, eran tiempos convulsionados, la Revolución tocaba a la puerta del país, muchos ricos lo dejarían de ser, entre ellos el culto coleccionista que hoy nos ocupa. "Esta importante colección de objetos artísticos antiguos en su mayoría, obra mexicana en parte, y principalmente extranjera (no pocos del siglo XVIII), pereneció al acaudalado guanajuatense don Ramón Alcázar; se trajo al Museo aunque ya muy disminuída, en el año de 1917, procedente de la ciudad de Guanajuato, y en pago de una deuda que tenía el Banco del Estado con el Gobierno Federal." (5)

Ramón Alcázar muere en 1914, sus restos descansan en el templo de La Compañía. La que fuera su mansión es hoy día el Centro Médico de Especialidades, de sus 30mil objetos solo 7mil llegaron a la ciudad de México y solo la mitad de su enorme biblioteca de 7 mil volúmenes quedó en Guanajuato y forma parte de la Biblioteca de la Universidad de Guanajuato.

En la fotografía vemos al primogénito de don Ramón Alcázar Castañeda, Ramón Alcazar Irbagüengoitia, junto a su esposa Elena Corcuera.


Fuentes:
1.- Macías Cervantes, César Federico. Ramón Alcázar. Una aproximación a las élites del porfiriato. Ediciones La Rana. Guanajuato, 1999.

2.- Macías Cervantes. op cit.

3.- Vázquez Olvera, Carlos. El Museo Nacional de Historia en voz de sus directores. INAH-Plaza y Valdés Editores. México, 1997

4.- Vázquez Olvera. op cit.

5.- Morales Moreno, Luis Gerardo. Origenes de la museología mexicana. Fuentes para el estudio histórico del Museo Nacional 1780-1940. Universidad Iberoamericana. México, 1994.




Para leer el documento que la delegación guanajuatense presentó en el XI Congreso de Americanista en 1895, entra aquí:

http://elsenordelhospital.blogspot.com/2012/03/algunos-puntos-y-objetos-monumentales.html

Algunos datos sobre el XI Congreso de Americanistas lo puede ver aquí:


Las fotografías que aparecen en este artículo las tomé de una copia de la presentación que hiciera Pedro González ante el pleno del XI Congreso de Americanistas. Para ver más de esa presentación gráfica, entra aquí:





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