miércoles, 16 de mayo de 2012

El templo del Carmen en Querétaro

Al imaginar lo que sería la ciudad de Querétaro, la tercera que obtiene ese título en Nueva España, a principios del siglo XVII cuando se encontraba en construcción, como era el caso del templo que hoy nos ocupa, el del Carmen que se comenzó a levantar en 1614, apenas un año después del de San Antonio. Y no creo que el panorama hubiera sido distinto en las otras grandes poblaciones del virreinato pues era precisamente la época del auge en las construcciones, especialmente en las religiosas que era, según la mentalidad de la época, la razón para vivir. La religión imperaba y dominaba, por lo tanto los templos eran obras majestuosas.
Bajo la consigna del Semper Pulchra es María se decoraban los templos dedicados a Nuestra Señora del Monte Carmelo, la Virgen del Carmen o, el Carmen. Templos en los que el color dominante es el blanco, resaltando con ello la frase de que María es siempre limpia, siempre pulcra. Fray Andrés de San Miguel tiene a su cargo el diseño del templo, Francisco de Chavida lo construye. Para 1685 el bachiller Juan Caballero y Osio lo amplía y es finalmente terminado en 1756.

El resultado de todo esto es un templo excepcional en su interior, amplio, iluminado, ventilado y limpio. En el altar mayor destaca una estupenda imagen de Nuestra Señora del Carmen, en la capilla lateral vemos la devoción que está ligada a la orden carmelita: el Niño de Praga.




Encontramos en el altar mayor dos pinturas de gran dimensión, digamos que murales, pintadas en 1914 por el pintor zacatecano Candelario Rivas, en donde nos muestra los momentos cumbres de los dos más destacados carmelitas de la historia: Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Rivas es el mismo pintor que elaboró lienzos para el templo de San Antonio en Aguascalientes y en El Señor del Hospital de Salamanca, Guanajuato.

Notamos que, a diferencia de lo elaborado por Rivas en los otros templos, aquí sus pinturas ostentan fondos más claros y hay más colorido, estilo muy diferente al claroscuro que mantendrá luego como su sello característico.

Otro de los santos que tiene una gran importancia es San Simón Stock a quién, según la tradición, le fue entregado el escapulario. "Según la tradición piadosa, la Virgen María se apareció a Simón en Cambridge, Inglaterra, el domingo, 16 de julio de 1251, como respuesta a sus súplicas de auxilio a su oprimida Orden. La Virgen se presentó portando un escapulario en la mano y dándoselo le dijo: "Toma, hijo querido, este escapulario; será como la divisa de mi confraternidad, y para ti y todos los carmelitas, un signo especial de gracia; quienquiera que muera portándolo, no sufrirá el fuego eterno. Es la muestra de la salvación, una salvaguardia en peligros, un compromiso de paz y de concordia". Esta tradición carmelita, sin embargo, no aparece en una forma exacta y documentada por primera vez hasta 1642, cuando las palabras de la Virgen a Simón fueron escritas en una circular del propio Simón que se dice fue dictada a su secretario, compañero y confesor, Peter Swanyngton." Wikipedia dixit. 



El Niño de Praga.

Los regalos que le han hecho al Niño.
San Charbel Makhlouf, santo de la iglesia Maronia venerado fuertemente en muchos lugares de México. Es a él a quien se le ofrecen los listones que cuelgan de sus brazos con las peticiones que los creyentes hacen, tradición que, tengo entendido, se originó cuando una persona que no tenía en donde anotar su petición al santo sino un listón, lo hizo así y al paso del tiempo creció del modo en que lo vemos ahora en una buena cantidad de templos en donde se mantiene su imagen.

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