jueves, 26 de julio de 2012

[Entrada sin título] : El placer de fotografiar lo cotidiano.

Lo cotidiano, el día a día, lo que está allí y con lo que convivimos habitualmente. Eso, a final de cuentas, es el entorno. Regularmente el entorno nos abruma, nos aburre pues, viviendo en la era de la televisión en la que esperamos que una escena suceda a la otra, pretendemos que en eso se convierta la vida y no... craso error. El entorno está allí, el objetivo es saber apreciarlo, encontrarle el ángulo adecuado para que, lo que vemos todos los días se vuelva único. Aquí un ejercicio basándome en ese principio.

 
El anuncio de una tienda de artesanías.


Los botes de basura frente al correo.


Una glorieta en Paseo de las Misiones.


El que palenque de la feria cuando no está en uso.

Unas biznagas.

Una vaca pastando por la calle Mijares.


Los únicos dos metros cuadrados sin gente en una alberca.


La vilipendiada casilla especial en San José del Cabo.
Muros que separan las terrazas en un hotel.


El Blvd. Antonio Mijares.


Trópico y desierto. Un plátano y un cardón.


El particular diseño de una camioneta.


Una ballena (cerveza de 1.2 litros) en plena sudoración de verano.


Y los pepinos también sudan en el verano...

Listos para la jugada.


San Miguel Arcángel.


¿Un moped? así parece este cardón con sus frutos.

Recién habían atropellado a esta lagartija.


Agaves y cardón.


El chiringuito (palabra española) de Colinas de San José.

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