jueves, 31 de enero de 2013

Nochistlán visto por El Bable.






















El acueducto de Nochistlán, Zacatecas.

   A Nochistlán llegué con una cita concertada para que me llevaran a conocer los puntos más importantes de la población, una de las escalas fue para ver la construcción hidráulica que allí se levantó en el periodo colonial para surtir de agua a la población. Caminamos unas cuadras desde el centro en dirección Norte y llegamos a la llamada Pila de Afuera, sitio en el que la población se abastecía de agua. El curioso nombre es, como suele ser en las referencias que antes se le daban a las cosas, una cosa lógica, dado que si se llamaba de Afuera es porque estaba afuera de la ciudad; en la actualidad son apenas unas cuantas cuadras desde el centro... las poblaciones siguen y seguirán creciendo. Continuamos el recorrido más al Norte y, cosa de dos kilómetros más, llegamos al Acueducto.

    "Una construcción de enorme trascendencia para la población fue el acueducto que el gobierno de Nueva Galicia ordenó se hiciera, a expensas de los vecinos de Nochistlán, para llevar el agua de lejano manantial al centro del poblado, con objeto de evitar "la escaces de agua y muchas ofensas a Dios que causaba la junta de ambos sexos en parajes distantes". (Noticias Varias de la Nueva Galicia pg. 86). Era el año 1791. Uno después, informa el "comandante general, presidente, gobernador e intendente de las provincias que comprenden este reino de la Nueva Galicia" que: "el pueblo de Nochistlán, situado en jurisdicción Juchipila, ha podido erogar el costo de 33 arcos, que están en pilares, y con los cuales asegura en su plaza pública el agua que necesita, para cuyo gasto obtuvo hace muchos años facultad de este Gobierno para establecer unos cortos arbitrios, y con su producto dio principio a la empresa, en que van gastados 30 pesos, asegurando el maestro director que con otros 20 perfeccionará la obra en todo el año próximo".

    Y de tal utilidad considera la obra el Comandante General de la Nueva Galicia que pide a Su Majestad que cosa igual se haga en Guadalajara, que padecía tremenda escaces de agua, y sugiere que como el ingeniero de Narciso Codina está haciendo los planos para nivelar el desigual piso de la capital, podría hacer los planos para que, como en Nochistlán se haga la introducción del agua en una obra sólida y permanente, porque las ejecutadas hasta entonces "se han inutilizado".

    "Se especifica en el informe que la obra se componía "de 33 arcos de mampostería de buena construcción; dos mangas de cal y canto a la entrada y salida de ellos, su correspondiente cañe´ría, las respectivas alcantarillas y su pila recibidora en la plaza". En otro informe a Su Majestad, que la misma autoridad de la Nueva Galicia hace en diciembre de 1793: "La obra de la introducción de agua al pueblo de Nochistlán, situado en Jurisdicción de Juchipila está concluida, y espero de un día a otro el aviso de haberse conseguido un bien tan importante y útil a aquel pueblo, después de muchos años de emprendido".

    "La magnífica obra dio servicios larguísimos años, si bien en algunas ocasiones fue preciso hacerle reparaciones, como aconteció a mediados del siglo pasado, en el que el importe de varios terrenos que habían sido del clero se aplicó para mejorar el acueducto, tal como consta en documento por siete mil pesos que el coronel don Jesús Mejía pagó por una porción de esos terrenos.

    "El nombre familiar del acueducto es "los Arcos". La resequedad del suelo y las filtraciones constantes por la vieja cañería hicieron necesaria en tiempo reciente nueva introducción del agua por tubería de fierro, la que se hizo llegar hasta las casas por medio de llaves. La mejora se efectuó durante el gobierno de don Leonardo Reynoso y las obras estuvieron a cargo del ingeniero Gonzálo Castanedo.

    "Hace algunos años un arco cuarteado vino a tierra, pero con el deseo de conservar tan valioso elemento arquitectónico, el entonces presidente municipal de Nochistlán, Sr. Jesús Quezada Pérez procedió a levantarlo, no de mampostería, si de ladrillo, pero bien construido. En esa oportuna intervención, el acueducto se habría desplomado. (1)




   Son varios los acueductos que hemos visto, uno que es una vergüenza es el de Acámbaro. El de Puruándiro que ya lo cegaron. En Morelia, Querétaro y Zacatecas lo han sabido integrar a la población. Uno que tengo pendiente por visitar es el que está por el rumbo de Tepotzotlán, el del padre Tembeleque.

Fuente:

1.- Quirarte, Cleotilde Evelia. Nochistlán de Zacatecas. H. Ayuntamiento de Nochistlán, Zacatecas. 2000

miércoles, 30 de enero de 2013

El parián en Nochistlán: la influencia del mercado que nos vino del Oriente.

    De las poblaciones que conozco en México, son más bien pocas las que he visto que aun conservan su Parián: Ojuelos y Aguascalienes, también el de Puebla. Recuerdo que en Guadalajara solían decir del Parián que había allí. Y ni que decir del de Tlaquepaque que se ha convertido en visita obligada para todo turista de la Perla Tapatía. Recuerdo también que, cuando Zabludovsky se ponía romántico y comentaba de lo mucho que conoce del Centro Histórico de la ciudad de México mencionaba un mercado del Parían. Ahora que llegamos a Nochistlán, Zacatecas, lo primero que me llama la atención, es precisamente su Parián.

    "El nuevo mercado fue recibido con beneplácito y evidenció las buenas relaciones de la Nueva España y la cuenca del Pacífico, con la que el vínculo más sólido estaba representado por el Galeón de Filipinas o Nao de la China, de legendario prestigio y concretos y muy ricos cargamentos. A manera de antecedente conviene recordar que el mercado de artículos finos llegados de la Nueva España a Manila se llamaba Parián. A él convergían también productos europeos que desembarcaban después de haber seguido la ruta de Maca. Consideraremos un acto de diplomacia mercantil, así como testimonio de las buenas relaciones existentes entre los países dichos, el designar un mercado tan importante como el construido en la capital Novohispana como su semejante de Manila en las Filipinas, pero con un agregado muy mexicano gramaticalmente: anteponer al nombre el artículo "el"; consecuentemente la Plaza Mayor albergó en su ángulo suroeste a El Parián". (1)

   Esto que acabamos de leer se refiere al Parián de la ciudad de México, el cual se comenzó a construir el 8 de agosto de 1695 y se concluyó el 19 de abril de 1703. Era el tiempo en que la ciudad de México estaba en la, por así decir, segunda etapa de construcción; se había abarrotado ya de templos ("1546 Existen en la ciudad de México 84 templos, además de ermitas y capillas".); correspondía ahora levantar los edificios públicos pero, con ese desprecio que había hacia los indios y su cultura, se desechó la idea de un Tianguis, que sería lo más adecuado y se implementó el nuevo concepto llegado de las islas Filipinas: El Parián.

   "En 1571 Miguel López de Legazpi decidió desplazar todos sus efectivos y todas sus naves hacia Manila: más  de veinticinco naves y más de 230 conquistadores y frailes. Encontraron esta segunda vez que había ya en Manila 150 residentes chinos, recién llegados. Las garantías de seguridad en el atraque en el puerto manilense y la satisfacción por la plata conseguida a cambio de sus productos, propició que a los pocos meses una nueva flota de juncos chinos se presentase en la bahía de Manila. Al año siguiente, en 1572, el notario Hernando Riquel consignaba la llegada  de tres naves chinas  al  puerto  de Manila, y cinco naves más en islas cercanas". (2) Los españoles se daban cuenta de que había una mejor manera de comprar y vender productos...

   Pero, ¿qué tan mexicano es un Parián?, mejor dicho ¿qué tan filipino es un Parián?... pues así como los mexicanísimos alfeñiques mexicanos tuvieron su origen no en España, sino en Arabia (una globalización), igual sucedió con el Parián que no es precisamente filipino, sino chino, claro es, se avecindó en México y aquí, suele suceder, tomó carta de naturalización:

   "La presencia china llegó a ser tan importante y numerosa que el cuarto gobernador general de Filipinas Gonzalo Ronquillo de Peñalosa ordenó construir en 1580-1581 una Alcaicería (también conocido Parián) para concentrar en ella a todos los chinos, que los españoles denominaban en esta época con el nombre de sangleyes, y así poder tenerlos vigilados. La Alcaicería era un barrio donde los chinos residían y comerciaban y debido a su importancia económica y social estaban bajo la jurisdicción de un alcalde mayor. Estaba situado en un lugar periférico de la ciudad, concretamente en un área reservada vecina a la iglesia de Santo Domingo, recientemente erigida por frailes dominicos, en las cercanías de la muralla que daba al río Pásig, de manera que el recinto acotado a los chinos estaba a tiro de arcabuz de la muralla. Además, la proximidad con la iglesia de Santo Domingo tenía un objetivo político-religioso: la conversión de los chinos al catolicismo, tarea que se encargó a los dominicos.

   "El primer Parián estaba en el interior de Intramuros y ello le dotaba de unos privilegios considerables. Los chinos no tardaron en hacerse con el control del entramado económico (oficios artesanos, intermediarios comerciales, etc.) de la ciudad y se hicieron indispensables a ojos de las autoridades. La idea de crear un parián tenía como objetivo no sólo tener agrupados a los chinos en un lugar, sino también que desarrollaran allí sus actividades económicas. Con las crecientes prohibiciones a los asiáticos de moverse por Intramuros, el Parián se convirtió en el centro económico y el lugar de visita obligatorio de todo comerciante que viviera o llegase a Manila. Asimismo, se buscó restringir la llegada de chinos y se limitó a 6000 la cifra de residentes chinos en el Parián, número que fue rápidamente superado. (3)

   El Parián en Nochistlán fue construido en 1866,  el de Ojuelos en 1880, el de Aguascalientes en 1827, el de Tlaquepaque en 1878, el de Puebla es el más antiguo de los que conozco, data de 1760... así que la duda surge ya que, si El Parián fue un concepto que nos llegó desde las Islas Filipinas en el siglo XVII, y de esos parianes que seguramente hubo en las principales ciudades novohispanas solo sobrevive (hasta donde tengo entendido) el de Puebla, ¿cuándo, cómo y por qué se difundió tanto en la segunda mitad del siglo XIX en la región de Jalisco, Zacaecas y Aguascalientes? Eso me lo dejo de tarea por investigar, mientras sigamos viendo otras tomas de El Parián de Nochistlán, Zacatecas.








Fuentes:

1.- Sotomayor, Arturo. La ciudad antigua de México. Siglos XVI-XX. Bancomer, 1990.

2.- Ollé, Manuel. La formación del Parián de Manila. Cap. 2. Univesitat Pmpeu Fabra. Barcelona.

3.- Gomá, Daniel. Control, espacio urbano e identidad en la Filipinas colonial española: El caso de intramuros Manila (Siglos SVI-SVII). Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales.

martes, 29 de enero de 2013

Tenamazle, el gran héroe casi desconocido en México.

   La cada vez más resumida Historia de México de un palomazo, hace muchos años, eliminó a uno de los personajes que más bien deberíamos tener como uno de los principales del periodo que conocemos como Conquista. Lo que se ha difundido del tema de la llegada de los españoles a México nos deja ver la alianza con tlaxcaltecas, el "paso" de Cortés, (eso se conoce porque aun sigue habiendo accidentes en el rumbo y la televisión se engalana de difundirlos); el "salto" de Alvarado, que hasta una calle lleva su nombre; la caída de la Gran Tenochtitlán con fecha 13 de agosto de 1521, eso por la placa que hay en la Plaza de las Tres Culturas y, en el mejor de los casos, lo del árbol de la Noche Triste, el cual dudo que la siguiente generación lo llegue a ver.

    Hubo unos acontecimientos que se dieron luego de veinte años de presencia hispana, en 1541 y mucho más al norte de la ya conquistada Tenochtitlán. Esto sucedió en Nochistlán, actual estado de Zacatecas; cuando a causa de los excesos que Nuño de Guzmán venía haciendo por todo sitio donde pasaba, finalmente topó con alguien que le puso el alto, ese fue Tenamaztle que, para entonces, había sido ya evangelizado por los franciscanos y llevaba por nombre el de Francisco Tenamaztle.

    El sitio de los acontecimientos es justo el que vemos en la fotografía. Esa especie de pico que sobresale del lado derecho es el Peñol o Mixtón, a todo el conjunto se le conoce como el cerro de San Miguel. Tenamaztle se organizó de tal modo que el virrey de Nueva España, Antonio de Mendoza, llegó hasta el lugar para organizar al ejército de la Corona para someter a los sublevados que, con el más justo de sus derechos repudiaba la presencia de los peninsulares.

    Fueron miles los Cascanes (hay quien lo escribe Cazcanes o Cashcanes), que se le unieron a Tenamaztle, todos se replegaron en el Peñol, finalmente son derrotados. Tenamaztle se refugia en el cañón de Juchipilla, sitio en el que permanece diez años. Al final decide entregarse a la autoridad española. El franciscano que lo recibe lo conduce a México pero muere al llegar a la ciudad. Tenamaztle sin la protección del sacerdote es  detenido y remitido a la Casa de Contratación en Sevilla, sitio en el que se le levantaría juicio. A su llegada a España es asignado al convento dominico de San Pablo en Valaldolid, sitio en el que esperaría su juicio por sublevación.

   "Tenamaztle fue trasladado a Valladolid, en donde conoció a fray Bartolomé de las Casas, quien no dudó en promover su defensa frente al Consejo de Indias. En 1554, se presentaron diversos escritos en los cuales se denunciaron los abusos previos a la rebelión, justificándose así los actos bélicos ocurridos. Un documento firmado por Tenamaztle explica los hechos previos y las reacciones hasta el momento en que su pueblo tuvo que huir a los montes en su legítima defensa, comportamiento que los españoles en Nueva España llamaron, "usando mal la propiedad de los vocablos, en todas las Indias, contra el Rey levantarse”, pretendiendo así una “guerra justa” para desposeer a los naturales. Es innegable que el documento fue redactado y escrito por fray Bartolomé de las Casas, pero en él se relata la historia de Tenamaztle y su firma aparece al calce. El juicio no pasó desapercibido para la corona española, pero se desconoce el veredicto de la reclamación y lo sucedido con el caudillo caxcán". (Wikipedia)

    Pero la historia de Tenamaztle va un poco más allá, pues su juicio se convierte en el primero en la historia donde se idealizan lo que actualmente conocemos como Derechos Humanos. Seguramente otro fraile dominico que vivía ya en Salamanca (España) pero que había estado por muchos años en el convento donde Tenamaztle se encontraba, supo de su caso; me refiero a fray Francisco de Vitoria, el cual pasó a los anales historia precisamente por defender los Derechos Humanos.

    "No sabemos mucho más sobre su estancia en la Península, sus actividades o los lugares visitados, porque la documentación es parca al respecto. Sin embargo, sí sabemos que estuvo en tierras castellanas hasta el 10 de noviembre de 1556, fecha en la que falleció, después de haber permanecido postrado en una cama desde septiembre de 1556. Los costes de su estancia en la Península sumaron 125.974 maravedís, de los que 119.974 correspondieron al salario diario del mencionado indio y los restantes 6.000 a los gastos que ocasionaron su enfermedad. Y no se escatimaron cuidados durante los dos meses que duró su agonía, pues el Rey dispuso que Cristóbal de San Miguel, solicitador del fisco, se encargase de que "hiciesen curar a don Francisco Temaztle". No obstante, a pesar de que dispuso de las atenciones de un médico tan de conocido prestigio en su época como el doctor Peñaranda, el indio falleció en breve plazo". 

    "El descargo decía así: "hoy día diez de noviembre de mil quinientos y cincuenta y seis da por descargo mil y quinientos maravedís que por libramiento de los dichos señores pagó al doctor Peñaranda, médico, que se le mandaron dar por lo que trabajó en visitar a don Francisco Tenamaztle, indio difunto durante su enfermedad Ibídem". (1)

 Las siguientes fotografías corresponden al Jardín Principal de Nochistlán, sitio en donde se levanta el monumento a Tenamaztle, creo, el único que hay de él en todo el País.

   Muy cerca del monumento a Tenamaztle, cuya placa veremos en la foto siguiente la cual, por cierto, escribe el nombre con x. Esto que ahora admiramos es el magnífico Parián, del lado izquierdo y al fondo el templo de San José, de singular diseño; al lado derecho, (que no sale en la toma), se ubica la parroquia de San Francisco.

   "Respecto al nombre Tenamaztle, que pudo ser en Cazcano Tenamazte, como es el nombre actual que damos a las piedras del fogón, debe relacionarse con tenamaztli, como en mexicano se llama al triple soporte del bracero indígena, formado por tres piedras redondas. Jiménez Moreno supone que estas piedras pudieron encerrar un concepto sagrado. A este respecto, Rémi Simeón, al dar la definición de tenamaztli, escribe que los mexicanos creían que la persona que ponía el pie sobre este soporte, sería desdichada en la guerra y caería en manos del enemigo. La señorita Eulalia Guzmán opina que como nombre del jefe Cazcan, pudo tal vez tener el simbolismo del soporte, fuerza que sostiene.

   "No cabe duda que el jefe Tenamaztle fue una persona de cualidades excepcionales, cuya inteligencia debió manifestarse y sobresalir entre los jóvenes de su raza, pues los padres franciscanos lo habían comisionado para que reuniese gente para la doctrina, y se le nombró alguacil de Su Majestad el Rey Carlos V. Estos cargos indican su relevante categoría entre los mozos de las casas reales, o sea las de los caciques o tlatoanis, pues nadie sobresale como él. Su valor y capacidad militar están indicados por haber tenido el mando en una gran rebelión sin ser ni siquiera el cacique o rey de Nochistlán sino un hermano menor.

   "Nombre tarasco parece ser el de Aguano, de aguani, conejo. No se compagina que pertenezca a un antiquísimo cacique de Teocaltiche y de Nochistlán, pueblos cazcanes ambos sino porque en sus guerras con los tarascos pudo ser tal su fama entre ellos mismos, los enemigos, que el nombre que le daban se sobre pondría al nombre cazcán que debió tener. En la Relación de Tecualtiche se habla de las guerras que poco antes de la conquista mantenían los de Teocaltiche contra varios pueblos y entre otros con grupos tarascos, que estaban cerca". (2)



 Y este es el Peñol, en donde Tenamaztle se les enfrentara a los españoles, allá por 1541.


Fuentes:

1.- Mira Caballos, Esteban. Indios nobles y caciques en la Corte Real española, siglo XVI. Temas Americanistas.

2.- Quirarte, Cleotilde Evelia. Nochistlán de Zacatecas. H. Ayuntamiento de Nochistlán, Zacatecas. 2000