viernes, 1 de febrero de 2013

De los Tilines, la Invasión francesa y Mejía en Nochistlán, Zacatecas.

    Al llegar a Nochistlán lo primero que ves, al entrar al pueblo, luego de bajarte en la terminal de autobuses,  (aquí solo llega el Ómnibus de México), es este monumento que, si te acuerdas de lo que más llamó la atención durante el magno desfile del Bicentenario, fue ese "nini" que se dijo ser, y que hubo quien lo identificara como Benjamín Argumedo; pues bien, aquí se trata de una escultura de gran tamaño del coronel don Jesús Mejía que fuera defensor de la plaza durante la intervención francesa. Si te sorprende pasar junto a una estatua de tal magnitud, espera a llegar al centro pues, justo a un costado de la Parroquia de San Francisco encontrarás un monumento aun más sorprendente.

    "Por aquel tiempo el ejército francés se había extendido bastante, sobre todo cuando llegó mayor número de soldados a las ordenes, primero de Forey y luego del mariscal Francisco Aqulies Bazaine. El 6 de febrero de 1864, las fuerzas extranjeras habían tomado a Zacatecas y pasaron luego a Colima a las ordenes de Douay. Fuerzas francesas había en Jalisco  también, y en la propia Guadalajara un numerosísimo grupo de invasores".

   "Aunque la voz del pueblo acusó siempre a los Tilines de haber pedido a los otros mochos que enviasen fuerzas francesas a Nochistlán, no es de creerse que su influencia política bastara para lograr que del grueso de la columna se desprendiera una fuerte grupo con el solo objeto de ir a tomar la plaza nochistleca, por más que esta fuera un centro activo de movimientos liberales. Es posible, sí, que hubiese insinuaciones, gestiones más o menos vivas; pero lo evidente, lo real, fue que los Tilines cooperaron básicamente a la ruina de Nochistlán, que se convirtieron en repugnantes traidores y que, lejos de defender del extranjero a su pueblo, denunciaron a patriotas y las balas que sus armas dispararon fueron contra los propios coterraneos. La voz del pueblo los acusaba de haberse comunicado con un conservador de Yahualica, Tovar, y que por medio de este otro traidor, con fina cautela hicieron llegar a Nochistlán las tropas de Francia.

    "Los detalles de aquel terrible día, el más angustioso de cuantos ha vivido el Nochistlán actual, quedaron fuertemente grabados en el recuerdo de todo aquel que sintió las amarguras de la tarde nefasta, detalles que se repitieron durante décadas de padres a hijos y son conocidos por la mayoría de la gente. la fecha así mismo quedó para la cronología local por todo lo restante del siglo y los primeros tiempos del presente. Aun ahoa marca lejanos hechos. "El año de la Francia", "nació antes de la Francia", etc. Y no podría ser menos porque, repito, desde que Nochistlán tuvo sangre hispana jamás lo había inundado el dolor en tal forma.

   "En 1908 se levantó un monumento a los Héroes del 13 de Mayo de 1864 y en tal ocasión don Jesús Álvarez escribió un folleto donde se relatan los hechos y se dan pormenores sobre los defensores, atacantes y otras noticias. Lleva el nombre de Gratitud y está perfectamente documentado porque vivían numerosos testigos presenciales, puesto que los hechos habían pasado cuarenta y cuatro años antes". (1)

    Efectivamente, me sorprendió sobremanera encontrar esto que antes llamaban "pirámide" a lo que conocemos como obelisco, el cual, como lo vemos en el acercamiento es de esa exquisites propia de la época y la sorpresa es ver la razón por la cual fue levantado. Hasta donde buenamente recuerdo esta es la primera vez que veo un monumento levantado a mexicanos caídos durante la Intervención francesa. Y si a sorpresas nos vamos dime una cosa, ¿te sorprendió eso del término "Tilines"?

    Recuedo mucho al Relumbrón, personaje creado por don Manuel Payno en sus Bandidos de Río Frío, si se le apodaba así era por una cosa clara: su ostentación. El se cubría de cadenas de oro, anillos, pulseras y, además su traje de charro era con aplicaciones de oro o, en todo caso, con baño del metal. Igual sucedía con su sombrero, que, si recuerdas la característica de ese sombrero que más de charro, era de chinaco; de él colgaban en rededor pequeñas "vírgloas" (como dijo Bernal Díaz del Castillo al describir el palanquín del emperador Moctezuma), seguramente las del Relumbrón eran de oro y, la caminar, hacían tilín, tilín, sonido con el cual se iba anunciando al pasar por la calle... Algo así imagino que fueron esto Tilines de Nochistlán.

Fuente:

1.- Quirarte, Clotilde Evelia. Nochistlán de Zacatecas. H. Ayuntamiento de Nochistlán. 2000


1 comentario:

  1. La primera escultura de la que usted habla la imagen primera de su blog no es El coronel Jesus Mejia...Es el Lic.Jose Minero Roque

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