lunes, 27 de octubre de 2014

El Templo de San Hipólito, centro histórico de la ciudad de México: El culto a San Judas Tadeo.

   Estamos en la mera víspera del día de San Judas Tadeo, estoy en la ciudad de México, vengo ya de una visita al templo y,claro es, a ese santo de que unos años para acá se ha vuelto de los más venerados en México. Acabo de ver, al menos, una docena de peregrinaciones, y muchos, muchos devotos que vienen hasta aquí con imágenes, de las llamadas "de bulto" de un metro, metro y medio y hasta de dos metros de altura, agreguemos a ello los palanquines totalmente llenos de flores. En el templo de San Hipólito han quitado ya las bancas y la afluencia de visitantes mañana será impresionante. Por ahora, en esta víspera veamos un poco de la historia de este templo de San Hipólito.

   "Los funcionarios municipales primero, y después también los de la Corona, conferían lustre y boato a este paseo en el que algún notable habitante de México Tenochtitlan fungía como alférez portando precisamente un estandarte que fue confeccionado por dos artesanos españoles: Juan Franco y Juan de la Torre. Aquel lábaro de buena seda presidía con sus colores rojo y blanco los festejos: desfile por las calles de la ciudad terminando en la capilla de San Hipólito (santo patrón de la ciudad) en cuyo altar oficiaba el obispo. El paseo del Pendón salía de las Casas de la Ciudad, en populacho lo aclamaba al pasar frente a las Casas de Cortés por la calle entonces de Cereros y proseguía las aclamaciones en las calles de Tacuba cuyo nombre original, Tlacopan, ya había sido adulterado; continuaba por la calzada de Tlacopan, que conservaba sus apantles (canales) y “las puentes” que decían los españoles, hasta llegar al tianguis de Juan Velázquez, (nombre de un indígena que supo conseguir algunos privilegios) al final del cual estaba la que originalmente fue llamada Capilla de los Mártires, que con el tiempo cedió el lugar a un templo estupendamente construido: San Hipólito. Los festejos anuales culminaban con cabalgata y espectáculo tauromáquico, cierto que bastante primitivo, pero suficiente para que los principales habitantes se luciera y el resto de los mortales aplaudieran su destreza, tanto en la manera de montar cuanto en la de alancear toros". (1)

   Si me sigues a diario, seguro que sabes que tengo una serie de artículos que titulé 10 templos del Centro Histórico de la Ciudad de México, allí incluyo al de San Hipólito, pero hay un antecedente a este templo, que fue la Capilla de los Mártires conocida más bien por el nombre de Capilla de Juan Garrido, de ella daré cuenta en un artículo de esa serie que publicaré más adelante.

   "En la esquina del atrio existe un monumento conmemorativo que consiste en altos relieves que representan: en el centro un indio arrebatado por un águila, á los lados varios trofeos de los antiguos mexicanos y en la parte superior un medallón con una inscripción con una inscripción que refiere la mortandad causada a los españoles en la "noche triste" (1º de Julio de 1520). El primer relieve recuerda uno e tantos pronósticos que revelaban el fin del imperio de Moctecuhzoma, según refieren el cronista Herrera y otros historiadores". (2)

   "En la sesión del Cabildo efectuada el 31 de Julio de 1528, se acordó solemnizar la toma de la ciudad de Tenochtitlán, por los conquistadores al mando del capitán Hernán Cortés, con una ceremonia suntuosa que se llamó El Paseo del Pendón. El 13 de Agosto de cada año, en el aniversario de la caída de México en poder de los españoles, se efectuaba una lucidísima cabalgata. Un día antes se designaba al Alférez Real. El día de la fiesta, lo más granado de la sociedad se dirigía a la residencia del Alférez y lo acompañaba hasta el Cabildo y sin desmontarse, el corregidor de la ciudad le hacía entrega del pendón bajo juramento de devolverlo. De aquí seguido de los Alcaldes, Regidores y sus acompañantes montados en briosos corceles, continuaban rumbo al palacio de los Virreyes, donde el Virrey ya los esperaba y encabezaba el desfile. El recorrido era el siguiente: por los Portales, el Empedradillo, (Monte de Piedad), Tacuba, Santa Clara, San Andrés, La Mariscala y San Juan de Dios, hasta llegar al Templo de San Hipólio. El arzobispo recibía a toda la comitiva y daba comienzo la misa pontifical, seguía el sermón y la oración laudatoria con la que se exhorta al pueblo cristiano a dar gracias a Dios, porque en este lugar murieron muchos soldados españoles. Terminada la ceremonia religiosa, la comitiva emprendía el regreso por las calles de San Francisco hasta Palacio donde el Alférez devolvía el pendón al Corregidor.

   "Desde el año de 1537 el Cabildo acordó establecer en este día, fiestas populares, corridas de toros, cañas, mascaradas y comedias. Los toros se efectuaban en plazas improvisadas donde se rejoneaba y se toreaba. En las plazuelas también se efectuaban cañas, haciendo gala los jinetes de la buena sociedad, con hermosos caballos, bien vestidos, demostrando su habilidad para montar y esgrimir las cañas o las lanzas que sustituían a las primitivas en los torneos. En el año de 1630, el Paseo del Pendón se hizo en canoas debido a la terrible inundación que sufrió la ciudad de México. Este pintoresco Paseo del Pendón, duró hasta la consumación de la Independencia de México en 1821". (3)

   Para saber más de San Judas Tadeo, en este enlace tendrás excelente información. Y si te preguntas el por qué en este templo de San Hipólito se volvió el santuario de San Judas Tadeo en México, la razón es una, los padres Claretianos son quienes tienen a su cargo el templo y tienen a San Judas como uno de los principales santos de su veneración. Más datos los puede ver aquí

   "Desde el origen de la fe a San Judas Tadeo, los misioneros Claretianos, que se originan en España, han sido piezas clave para difundir la devoción al santo de los casos difíciles, como lo hicieron en los Estados Unidos y en México. (...) La devoción a San Judas Tadeo crece de manera especial en los años de recesión en Estados Unidos donde los claretianos iniciaban su proceso de evangelización con migrantes hispanos, lo llamaron el santo de los casos difíciles porque en medio de estas épocas su devoción creció entre el pueblo hispano y particularmente el mexicano que luego adoptaría esta tradición, para poner en manos del santo los casos más imposibles". (Tomado del artículo: San Judas Tadeo: pedimos por México. Publicado en Zócalo. Lo puedes leer completo aquí).


   Luego, incluiré las fotografías que he tomado en esta víspera y las de la fiesta de San Judas Tadeo. Este atrio que ahora ves, está ya repleto de cientos y cientos de fieles.











Fuentes:

1.- Sotomayor, Arturo. La antigua ciudad de México. Siglos XVI-XX. Bancomer. México, 1990.  pp.50-52

2.-

3.- Casasola, Gustavo. 6 Siglos de historia gráfica de México. Editorial Gustavo Casasola. México, 1978. pp. 243-244

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