viernes, 3 de octubre de 2014

Más templos del Centro Histórico de la ciudad de México. 10ª Parte

       No sé tú, pero para mi, la ciudad de México, su centro histórico, continúa siendo un poderoso imán que atrae, cada vez más, mi atención. Desde hace mucho tiempo afirmo que ea lugar más interesante que hay en todo México es la ciudad de México, específicamente su parte vieja. Desde hace medio siglo, que la vi por primera vez, me gustó de tal manera que, cada que tengo la oportunidad de ir, voy. Quizá recorra las mismas calles una y otra vez, pero siempre encontraré algo nuevo, algo viejo que es nuevo para mi. Y ahora que con calma sigo estudiando lo que es y lo que fue esa primera gran ciudad del país, más me gusta saber de ella. Hace unos meses pensaba que había agotado ya toda la lista de templos, capillas, ermitas y conventos que se construyeron en la época virreinal, llegué a contar 90 de esos establecimientos. Ahora agrego algunos más a la lista, pero no diez, sino solamente cuatro.

   
   Si te interesa ver la primera parte del listado, que son 10 templos, entra aquí. La idea de buscar datos de los establecimientos religiosos, específicamente los templos, comenzó cuando leyendo por ahí algo de la historia de la ciudad de México me sorprendió enterarme de 84 los templos construidos hasta determinado año, luego comencé a recorrer en pensamientos las calles y ver como uno y otro y otro más se iban sucediendo. Pensé llevar un orden en la lista, para la segunda parte (la puedes ver aquí) ubiqué los que estaban en rededor de la Alameda Central, y así continué, con un cierto orden en la tercera y en la cuarta parte.... Ya para la quinta parte el orden se me descompuso un poco, como quiera, al menos seguía hacia un cierto rumbo., así surgió la quinta parte. En la sexta, y en la séptima parte pensé que ya estaba con concluir, pero al encontrar los datos de uno, me iban llevando a los de otros y así fue como acabalé una octava parte. Pensé que la novena parte sería la última, ahora continuamos con una décima parte, tratando de llegar a los 100 establecimientos religiosos en la parte vieja de la ciudad de México, en eso que ahora se llama Centro Histórico.

91.- Templo y Convento del Espíritu Santo. "En 1635 fue fundada con aprobación del papa Alejandro VII, la congregación de San Vicente de Paul. Al llegar a México los paulinos, edificaron su templo y convento con el nombre de Espíritu Santo. Estaba situado en la manzana que comprendía las calles del Espíritu Santo (ahora tercera de Isabel la Católica) Puente del Espíritu Santo (hoy cuarta de Isabel la Católica) Calle del Coliseo Viejo (hoy 16 de Septiembre). El “Hospital del Espíritu Santo” se fundó debido a los fondos que aportó el rico español don Rodríguez del Vado y fue atendido por los frailes hipólitos. Este hospital se encontraba en lo que es hoy el Casino Español en la avenida Isabel la Católica. Al publicarse las leyes de Reforma, los paulinos aun se encontraban en su claustro, pero en 1862, no se reconoció a los P.P. Paulinos por extranjeros y ministros del culto, siendo derribado y construido edificios comerciales y particulares. (1)

   "Más datos sobre este templo los encontramos en Marroquí: "Fue fundado a principios del siglo XVIII bajo la advocación dicha, por Alonso del Vado y su esposa, Doña Ana Zaldivar, sacándole desde los cimientos, y poniéndole anexa una iglesia, con puerta a la calle, destinada al uso del público, dotando hospital y templo con buenas fincas que poseían en la ciudad, y fueron las dos casas del portal del Espíritu Santo, llamadas por algunos "de la fruta", situadas en la acera del Norte de la calle del Refugio, dando vuelta para la del Espíritu Santo, y acaso alguna otra. Tampoco era grande el templo; pero sí de bella arquitectura y muy aseado; por eso tal vez y por haber estado en el centro de la ciudad, fue de los preferidos por sus habitantes, y concurrido de lo más selecto de la sociedad. De 25 a 30 misas se celebraban en él diariamente, y numeroso el concurso de fieles que acudían a oírlas. Con particularidad y gran culto se hacían las fiestas del Santísimo Sacramento, de la Pascua de su título y la de Señora Santa Ana. El altar decente, había en el claustro bajo una imagen de Jesucristo a donde acudía toda la ciudad los viernes de Cuaresma y los de Espíritu Santo. en él se hicieron desde aquel tiempo hasta los presentes, los ejercicios espirituales llamados "Desagravios de Cristo", con severa solemnidad que por su naturaleza exigen". (2)

92.- Templo de la Candelaria Macuitlapilco.- "Este barrio está al Oriente de la ciudad, estuvo sujeto a la parcialidad de San Juan en su administración civil; a la eclesiástica en los primeros tiempos a la parroquia de San Pablo, y cuando se fundaron las catorce actuales, pasó a la de Santa Cruz y Soledad. Nunca fue un poblado este barrio; pero sí muy fértil y húmedo; era a modo de isla rodeado de una acequia de forma de parábola alargada, cuyos extremos terminaban en la otra acequia, y recibía sus aguas de otra que venía hacia el Sur, de no muy corta distancia. Restos de estas acequias se conservan todavía, aunque asolvadas y casi ciegas, por lo cual ha disminuido algo su antigua fertilidad.

   "A pesar de no ser estas acequias de las principales, tampoco eran de las menores; así, por esto, por ser varias y formar algunos charcos, acudían a ellas los patos, cuando vienen en el invierno, favorecidos también por la proximidad de este sitio a la laguna. Resultaba de aquí que una de las granjerías de los habitantes de ese barrio, acaso la principal, al menos en el fin del otoño y todo el invierno, consistía en la venta de esas aves de paso, con la singularidad de que no eran ellos quienes los vendían de día, crudos y con plumas, sino de noche, cocidos y aderezados con tortillas enchiladas. Mujeres eran las que se dedicaban a este tráfico nocturno; entraban a la ciudad a eso de las siete de la noche voceando su mercancía con un grito especial, agudo y penetrante, de todos conocido. Casi siempre vendidos los patos que cada una traía, se retiraban a su casa al toque de queda; más no sólo cada una, sino reunidas todas en lugar previamente fijado, para evitar asaltos, que padecieron a veces, y para mayor seguridad solían venir a su encuentro algunos hombres de sus deudos. Las grandes mudanzas que se han realizado en todo el valle de México, principalmente en el casco de la ciudad, cambiaron las condiciones topográficas del barrio, que perdió por completo a sus vecinos, por efecto de las epidemias.

    "La situación de este barrio, muy apartado del centro de la ciudad y de templos y cementerios en donde pudieran ser sepultados los cadáveres de muchos que morían del Matlazáhual, en él, y sus inmediaciones, la escasez de cargadores para conducirlos, y la imposibilidad de que transitaran cargas por todos aquellos sitios cenagosos, fueron causa de que cuando apareció la epidemia en principios del año 1737, se destinara la capilla de la Candelaria y sus alrededores, para abrir allí uno de los camposantos, que entonces se abrieron. Este fue bendecido por el Cura Ministro de su parroquia tan luego como el Ordinario dio para ello su licencia. Según las listas publicadas después de la epidemia, quinientos fueron los cadáveres allí sepultados; pero sin temeridad puede asegurarse que excedieron en mucho de ese número, pues además, de que no se apuntaron en ese ni en ningún camposanto, ni en las parroquias, los párvulos fallecidos, consta también que ni hubo ni se guardó orden en los enterramientos, ni hubo exactitud en las listas.

   "La industria de los patos concluyó en ese lugar, retirándose las pateras al barrio de la Resurrección Tultenco, de donde se hace hoy, aunque algo disminuido. Ha llegado a la Candelaria el movimiento de regeneración y está poblándose de nuevo; limítrofe al barrio de Manzanares, desemboca en su plaza la calle de la Alamedita y es de esperarse que dentro de poco, borrada completamente la acequia, se continúe esta calle". (3) Lo que sí notamos entre las fotografías de principios del siglo XX y las actuales es que ese templo perdió completamente sus características.

 93.- Capilla de la Virgen de la Soledad del Campo Florido.- "La Calzada Grane del Campo Florido es una calle amplia que corre de Norte a Sur, comenzando en la calle de los Arcos de Belén y concluyendo en una capilla dedicada al culto de la Virgen de la Soledad, capilla y virgen llamadas del Campo Florido. No hace muchos años todavía esta calle comenzó a formarse con edificios de uno y otro lado: antes fue una calzada formada de árboles a derecha e izquierda, y terminaba en una plazoleta semicircular frente al Santuario, también rodeado de árboles. Al Poniente de esta calzada estaba el amplio potrero del convento de Belén de los Padres, y al Oriente terrenos incultos del antiguo barrio de Amanalco, pertenecientes a la parcialidad de San Juan". (4)

La Capilla del Campo Florido en la actualidad.

94.- Capilla de la Virgen del Rosario Nacatitlán.- "El nombre de Nacatitlán es significativo de la situación del barrio; esta palabra, cual la pronunciamos nosotros, está adulterada; entre los indígenas es llana y no aguda; además, hemos trocado con é el sonido a, que quiere decir "junto a la carne"; porque, en efecto, por el Oriente tiene en sus confines el matadero y el rastro. Hoy mismo, que en aquel rumbo y en aquel barrio se han hecho grandes mutaciones, todavía en la antigua plazuela del rastro se conserva una calleja que corre de Oriente a Occidente y que sirve para comunicar dicha plaza con el barrio, que se llama "calle cerrada de Nacatitlán", y es la tercera de ese nombre. Hubo en la primera calle de este barrio, del lado Oriente, una capilla que no fue de las levantadas a influjo de los ministros de doctrina, ni remota en su origen a tanta antigüedad, se debió al piadoso celo de un sacerdote particular, el Lic. D. Juan Francisco Domínguez, quien con algo suyo que puso y lo de limosna recogida, principalmente entre los vecinos del barrio, comenzó a edificarla el día 6 de enero de 1728, la concluyó a principios del mes de Noviembre de 1730 y la dedicó la tade del día 25 del propio mes.

   La solemnidad de la dedicación excedió con mucho de lo que prometían las cortas dimensiones de la capilla y su situación en un barrio tan distante del centro de la ciudad, tenía esta pobre iglesita quince y media varas de largo por siete de ancho, con la altura correspondiente; aunque es verdad que sus muros eran de tezontli y de piedra berroqueña las pilastras, que eran de orden dórico; corría de Oriente a Poniente, la puerta miraba al primer viento y en el fondo estaba el altar mayor, una bóveda cubría éste, otra había sobre el coro y entre ambas un cimborrio cerrado por una linternilla que remataba en una cruz de caravaca. En el interior del cimborrio y en las pechinas, un coro de ángeles pintado, esparcía rosas, violetas y azucenas , símbolos de los misterios gloriosos, dolorosos y gozosos del rosario, con diversos motes escritos con letras de oro y en medio el "Regina" de la letanía lauretiana.

   No tenía cementerio esta capilla, porque estaba embutida en el cuadro de casas y en la línea de ellas; sin embargo, tenía una fachadita con pilastras, arquitrabe, frisos y cornisas, de orden compuesto, con dos claraboyas, por las cuales recibía luz del coro, y ente ellas un cuadro de piedra con los Cinco Señores de medio relieve y una orla de follaje; luego, un nicho con el Salvador de todo relieve ya lo último una cruz con remate piramidal, a la izquierda una torrecilla con cuatro campanas, cúpula, remates, cruz y veleta". (5)

   Parece ser que esta capilla estuvo localizada en lo que ahora se conoce como calle de 5 de Febrero. Hay un interesante estudio sobre los barrios de Tlaxcoaque y Necatiltán que puedes ver aquí.

95.- Templo de San Andrés, también fue Hospital.. "En este lugar de la calle de Tacuba los jesuitas fundaron un noviciado y posterior colegio en 1626 con el nombre de Santa Ana auspiciado por Don Melchor de Cuellar, ensayador de la Casa de Moneda, y su esposa Doña Mariana de Aguilar y Niño, al morir estos la obra se interrumpió siendo retomada en 1676 por Don Andrés de Carbajal y Tapia quien hizo las gestiones para cambiarle el nombre por el de su santo patrono, San Andrés, nombre que llevó desde entonces. A la casa de ejercicios adjunta se le llamó Aracoeli que significa "altar del cielo" la cual fue dedicada en 1750. Al ser expulsados los jesuitas el 2 de abril de 1767 por el rey Carlos III de todos sus dominios, siendo virrey de Nueva España Carlos Francisco de Croix, Marqués de Croix, se designó que el edificio se convirtiera en hospital cosa que, con motivo de una peste de viruela, el arzobispo Alfonso Núñez de Haro y Peralta llevó a cabo en 1779

    Para 1787, y ya siendo virrey el arzobispo Nuñez de Haro, ordenó que el hospital absorbiera al Hospital del Amor de Dios, fundación de Zumárraga y dedicado a la atención de sifilíticos. La iglesia del Hospital de San Andrés fue construida por Luis Gómez de Trasmonte en 1676, decayó y fue redecorada a principios del s.XVIII, ya en el S.XIX fue nuevamente restaurada y en 1866 rehecha para en 1867 ser totalmente destruida, el motivo de esto último que no tiene lógica es que en este lugar fue velado el cuerpo del emperador Maximiliano y por ende se convirtió en un símbolo del movimiento imperialista, se dice que incluso Benito Juárez pidió estar a solas con el cuerpo por media hora. Con esto, el liberal Juan José Baz, quien había promovido la mutilación del convento de San Francisco, logró que esta iglesia fuera demolida para abrir una calle que no lleva a ninguna parte (la actual Xicotencatl entre el MUNAL y el Senado). Precisamente en el hospital de San Andrés fue embalsamado el cadáver de Maximiliano, tarea que requirió de 70 horas de trabajo. El hospital llegó a ser el más importante de la capital, en el trabajaron médicos como Manuel Carmona y Valle, Ricardo Vértiz, Rafael Lavista y Agustín Andrade (nombres que nos son familiares por la Colonia Doctores), en lo que fue la casa de ejercicios de Aracoeli había un anexo para atender gratuitamente a los enfermos de la vista patrocinado por el Sr. Terreros, sin embargo el complejo fue rebasado por el crecimiento de la ciudad y aparte la gente se quejaba de que estuviera en una zona tan poblada y céntrica, finalmente para 1905 fue desocupado y los pacientes trasladados al nuevo Hospital General de México. El edificio fue demolido y su lugar ocupado por el Palacio de Comunicaciones, parte de lo que fue la casa de ejercicios aun se conserva, aunque reformada, en lo que es el edificio del Senado de la República. (11)

96.- Iglesia Metodista El Mesias. "La congregación del Templo "El Mesías", que ahora se reúne en Balderas 47, Col. Centro, fue la primera que establecieron los misioneros de la Iglesia Metodista Episcopal del Sur en nuestro país. Esto ocurrió en el año de 1873, con la llegada del Obispo Juan C. Keener a la Ciudad de México. Él, en colaboración con algunos liberales protestantes como Sóstenes Juárez, que ya se reunían para estudiar la Biblia, compraron la Capilla de San Andrés, en la cual había sido embalsamado el cuerpo de Maximiliano de Hasburgo, antes de que lo embarcasen a Europa. Fue así como en febrero del mismo año, en esa esquina de lo que hoy son el Callejón del 57 y Xicoténcatl, se consagró el primer templo Metodista de la República Mexicana. Años más tarde, a fines del siglo XIX, cuando por necesidades de ampliación de las calles del centro de la ciudad, hubo que abandonar aquel edificio, el Rev. William Patterson compró un predio de las "afueras de la ciudad", para construir así el primer edificio exprofeso para el culto evangélico en esta capital; por cierto una joya en su género gótico inglés decorado. La consagración del nuevo edificio fue el segundo domingo de febrero de 1901. Esto constituyó todo un acontecimiento en la vida de la metrópoli que incluyó en su programa la participación de grandes personalidades de la época; como fue la declamación hecha especialmente para ese día y presentada por el poeta Juan de Dios Peza: "La Casa del Señor ha sido abierta". (Tomado de la página web de la Iglesia Metodista de México.)


97.- Iglesia Metodista de la Santísima Trinidad. "Ubicada en la actual calle peatonal de Gante, con su fachada de estilo ecléctico, se asienta sobre lo que fuera el claustro del Convento Grande de San Francisco. "En el años de 1873 la Iglesia Metodista Episcopal y la Iglesia Metodista Episcopal del Sur de los Estados Unidos de América establecieron obra misionera en México. Siendo su primer templo el de la Santísima Trinidad, Gante 5, D.F., el cual fue consagrado al servicio divino en la Navidad de 1873. La primera Conferencia Anual de la Iglesia Metodista Episcopal se celebró en la Cd. de México el 18 de enero de 1885 y la Iglesia Metodista Episcopal del Sur realizó la Primera Conferencia Anual Mexicana Fronteriza el 29 de octubre de 1885 en San Antonio, TX.

   "Ambas Iglesias Metodistas de los Estados Unidos de América en los años 1928 a 1930 dieron pasos para realizar la unión de estas dos Iglesias en México, lo cual a Dios gracias cristalizó y se estableció el 8 de julio de 1930 la Iglesia Metodista de México, la cual celebró su primera Conferencia General, a partir del 16 de septiempre de 1930 en el templo de Gante 5 de la capital mexicana, justamente en el CXX aniversario de la Independencia Nacional. La Conferencia legisló y reglamentó su primera Disciplina, formuló sus planes de trabajo y eligió a su primer obispo en la persona del Rvdo. Juan Nicanor Pascoe Gómez, que fue consagrado en su alta investidura el domingo 21 de septiembre de 1930, para un periodo de cuatro años. (Tomado de la página web de la Iglesia Metodista de México.)


Fuentes:

1.- Casasola, Gustavo. 6 Siglos de historia gráfica de México. Editorial Gustavo Casasola. México, 1978. p.261

2.- Marroquí, José. La ciudad de México. Tomo III. Tip. y Lit. La Europea de J. Aguilar y Vera. México, 1900. pp.355-326

3.- Marroquí, Op.cit. Tomo II.  pp.60-61

4.- Marroquí. Op.cit. Tomo I. pp.49-50

5.- Marroquí. Op.cit. Tomo II. pp.122-123

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