jueves, 26 de noviembre de 2015

¿Por qué el Jueves ha sido siempre el día “diferente” de la semana?

   Para comenzar te digo que, aunque el título de este artículo (o nota, como me han corregido, dado que un artículo lleva una buena cantidad de cuartillas de texto y no solo unos cuantos párrafos) sea una pregunta, la respuesta no la tengo. Tengo una idea que me ha costado mucho tiempo desarrollar y más tiempo aun sustentar. Hoy es Jueves y no es un jueves cualquiera, especialmente para los norteamericanos, que son, creo 250 millones de personas y, suponiendo que no todos realizan el festejo pero si la mayoría, el número es grande. Agreguemos a ello que son nuestros vecinos y que, además, antes de 1945 una buena parte del territorio de Estados Unidos era mexicano y hoy jueves se celebra el Thanksgiving o Día de Acción de Gracias.

   La celebración, dicen, comenzó en 1621 pero no se especifica el día exacto, quizá fue un jueves, no lo sé, quizá fue a finales de Septiembre o principios de Octubre, lo ignoro. Las cosas ocurrieron en Plymouth y coincidía con las festividades del final de la cosecha que los nativos celebraban y el arribo de una nave con los –dicen- primeros migrantes que llegaron procedentes de Inglaterra a los Estados Unidos. Inglaterra dejó de ser católica y creó el anglicanismo, en Europa había una revuelta por las tendencias marcadas por Erasmo, Lutero y Calvino, es por eso que, se dice, fueron los puritanos esos primeros personajes que llegan a la costa del Atlántico norte estadounidense. La festividad mencionada, estaba asociada, en aquellos tiempos en el mundo católico a San Miguel Arcángel (29 de septiembre) y en el México antiguo, eran las celebraciones a Hitzilopochtli, aunque luego se asociaron, también a Tláloc.

   Pero, como suele ocurrir, hay quien afirma que la celebración se dio antes, el 8 de septiembre de 1565, que era un sábado y que ocurrió en un lugar llamado San Agustín en la Florida. Eso lo dudo, primero porque ese día 8 es la festividad de la Natividad de la virgen María y los españoles seguramente organizaron ese oficio, quizá fueron forzosamente invitados los nativos, pero una acción de gracias tal cual fue, la de ofrecer comida y bebida y evitar roces y enfrentamientos esa noche no ocurrió en San Agustín, creo; lo que sí creo es lo que se ha dicho de Plymouth, actual Massachusetts. 

   Se dice que el primer presidente de la nación norteamericana, George Washington, oficializó, de algún modo, el Día de Acción de Gracias para el 19 de febrero de 1795, que fue un jueves, por cierto; y que Abraham Lincoln lo transfirió al primer sábado de octubre en 1863. Finalmente ocurrió que en pleno siglo XX, el presidente Roosvelt instituye la celebración para el cuarto jueves del mes de noviembre, en 1941, que fue el día 27. Y la pregunta surge ¿por qué en jueves?

   El jueves, en la tradición Católica, es un día sumamente particular. La cuaresma, que si bien comienza el Miércoles de Ceniza, es en jueves cuando comienza. Sigue, luego de 40 días, (por eso es una cuaresma, es decir, una cuarentena) el Jueves Santo, vendrá luego el Jueves de las Ascensión y, por último sigue el Jueves de Corpus. Tres grandes jueves. Los jueves, lo recordamos bien, era, por allá de los años sesenta hacia atrás, día en que el comercio solo laboraba medio día pues la tarde era libre. Las tardes del jueves era cuando se organizaban las serenatas en los kioscos de las plazas públicas, esa tradición sobrevive en varias ciudades en nuestros días. Antes, tiempos coloniales, el jueves era el día de pago en las minas, no sé si en todas o solamente en las de Taxco, de allí que el jueves era el día en que se sentaban con tranquilidad a la mesa los que habían “rayado” y comían un sabroso pozole, nace entonces la tradición del rico pozole guerrerense en jueves. Incluso, oí por ahí, que antes el jueves era el día en que se “ligaba”.

   La razón por la cual el jueves tiene características distintas no la he encontrado aún, pero la intuyo en base a mi afición numérica o numérico-simbólica, asociándola, claro es, a lo religioso. El 3, lo he comentado ya, es el número místico, el número divino mientras que el 4 es el terreno, es el del hombre. Al sumar las cantidades (4+3) nos da el siete. 7 son los días de la semana. Geométricamente el 3 es un triángulo, el 4 un cuadrado. Si tratamos de unir uno y otro, veremos que hay una cara en la que una y otra forma se apoya, de este modo, si le ponemos nombre a las caras del cuadrado, estas serían lunes-martes-miércoles-jueves. Mientras que las caras del triángulo son las del viernes-sábado-domingo. Por lo tanto el jueves es la cara en donde se apoya el triángulo, la divinidad y de allí que sea ese día el que reviste ese halo especial que tiene o que tuvo en su momento.

  Si eres nuevo por El Bable, te comento que son muchos los artículos que he publicado sobre el calendario y sobre la numerología o, mejor dicho, lo que yo interpreto en mi obsesión numérica, todo lo he hecho en base a observaciones y razonamientos, algunos están sustentados, otos no, es cosa de que, si te interesas en el tema, entres en la carpeta correspondiente que aparece aquí abajo.


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