martes, 6 de septiembre de 2016

De los Niños Héroes, las Trumpadas y los Presiden-titos

    El que nada sea nuevo bajo el sol aplica para todo, incluido en ello la Historia de México. En este Septiembre, mes patrio como se ha establecido desde hace muchos años, quizá décadas, es cuando a los que se les olvida ser mexicanos los otros once meses, recuerdan que lo son y ponen su banderita, organizan su cena mexicana del 15, hay quien se viste (incluso) con trajes regionales, pensando que así demuestran su sentimiento a la Patria (con mayúscula). Peor aun son aquellos que corren, bandera en mano, cuando gana la Selección Nacional de Futbol o, (más) peor aun, cuando algún boxeador en pleno fin de semana próximo al 15 de septiembre, gana al contrincante... claro es, en Las Vegas, sitio en donde, también, hay conciertos de las más afamadas (populares) voces mexicanas.

   Y tan nada es nuevo bajo el sol, que, ocurrió el 14 de septiembre de 1847, justo al día siguiente del episodio que todos conocemos como "los Niños Héroes", que... "la mañana del 14 de septiembre de 1847, una vez  que el ejército del general Santa Anna abandonó la capital, las fuerzas invasoras entraron al zócalo de la Ciudad de México e izaron la bandera de barras  y estrellas sobre el Palacio Nacional de México, la que permanecería ondeando, como símbolo de su triunfo, durante nueve meses, hasta el 12 de junio de 1848, en que la Guardia Nacional izó nuevamente la bandera mexicana" (1).

   En efecto, a todos nos "vendieron" la idea de que los cadetes, niños nos dijeron, habían hecho un acto extremo, el sacrificio de la vida por la Patria, sí, pero no nos contaron lo que ocurrió al día siguiente. Y, sin (pretender) exagerar mucho, palabras más, palabras menos, en nuestros tiempos creo acaba de ocurrir algo que igual mancha la de por si manchada imagen de la Patria. Ojo, la Patria es limpia, pero muchos se han encargado de mancharla... más aun, en vísperas de su mes, como ocurrió apenas el 31 de agosto de 2016.

  En ese día último de agosto del año presente, no se izó otra bandera que la mexicana en lo alto del Palacio Nacional, pero el aire que todos respiramos se enturbió, el "amor a la patria" se ensució por la presencia de una persona indeseable... y, peor aun, le dejaron el escudo nacional en el podido desde el que ¿habló?... bueno, desde dónde dijo algunas cosas.

  Triste acto, tres horas de su presencia en México, con apenas 20 minutos frente a las cámaras y micrófonos de los medios de comunicación de México y del mundo para que tu, yo, y 120 millones de mexicanos nos viéramos una vez más ensombrecidos. Si los muertos hablaran, ¿qué diría Antonio López de Santa Anna? él que llegó al extremo del "valemadrismo"... ¿qué hubiera dicho? No sé, no sé qué pensar... en 1847 se izó la bandera norteamericana... casi 169 años después pasó algo si no igual, sí muy parecido... ¿o exagero?

Fuente:

Hernández Murillo, Alfredo. Las intervenciones extranjeras en México, 1825-1916. Conaculta, México, 2007. p.26

1 comentario:

  1. Creo que no exageras. Pero para mi hay algo mas profundo, estamos en un momento en que el futuro de nuestro pais, depende en gran porcentaje del extranjero y mucho de este es de negocios con los yankies. Aun asi, concuerdo, el orgullo nacional nunca se vio tan mermado, como el dia en el COPETES inclino la cabeza ante todo lo que nuestro pais a luchado siempre..

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