martes, 16 de mayo de 2017

La Capilla del Rosario en Querétaro y su curiosa asimetría.

   No sé cuántos templos habrá en el Centro Histórico de Querétaro, deben ser una docena, tal vez docena y media, eso si hacemos un cálculo proporcional pues, si en la Ciudad de México, la Novohispana, eran 84 los asentados, unos 18 serán los que tenga la ciudad que ahora visitamos, Cuando tenga la oportunidad de volver, si me quedo varios días, lograré visitarlos todos, más allá de Santa Rosa de Viterbo, San Agustín y San Francisco. Tendré entonces el número exacto.

  El que pude conocer en esta ocasión fue el conjunto dominico, la llamada Orden de los Predicadores (OP por su siglas en español) y encontré algo sumamente curioso que rompe totalmente con la cuidada estética de tiempos virreinales en el que la premisa era mantener el equilibrio y la perfecta, casi obsesiva, simetría. Al observar la fachada lo vemos claramente, el decorado va igual del centro a la derecha que del centro a la izquierda solo que hay aquí un detalle.

  Podemos intuir que el conjunto se construyó en tres tiempos, uno para la "casa" es decir, el propio convento; otro el templo y uno más la capilla. Fue entre 1693 y 1697 que se terminó el Convento, para 1701 el templo, supongo luego se procedió a la construcción de la capilla, a la derecha del templo y es aquí en donde esta esa ligera imperfección que no se ve a primera vista pero, si analizas bien la fachada lo notarás. Observa con atención el ángulo superior izquierdo de esta imagen, verás que el cuerpo de la torre entra unos cinco metros en lo que es el espacio de la capilla.

  El conjunto en general es sobrio, son pocos los elementos decorativos que hay en la fachada, al igual que en el interior del templo y la capilla en los que solamente el color se vuelve la cosa que decora, las paredes son lisas y las imágenes de santos son pocas.

  Como quiera esto no desmerece la serena belleza de su cúpula.

 Es aquí en donde observamos esa "intromisión". El cubo de la torre del templo reduce en algunos metros el espacio del coro...

  Al igual que el espacio del acceso, la puerta que en el terreno general que ocupa la capilla, que es un rectángulo, la puerta está centrada pero queda limitada en realidad por la base de la torre del templo, una vez adentro el espacio se abre completamente, es solo el área que ocupa la torre la que "roba", por así decirlo, el espacio que le corresponde a la capilla.

  En la parte alta, a la izquierda, vemos la representación de la palma. "En la época pre-cristiana la palma fue considerada como un símbolo de victoria (Aulo Gelio, "Noct. Att.", III, VI). Fue adoptado por los primeros cristianos, y se convirtió en símbolo de la victoria de los fieles sobre los enemigos del alma. La palma, dice Orígenes (In Joan., XXXI), es el símbolo de la victoria en esa guerra librada por el espíritu contra la carne". (Enciclopedia Católica.)

 A la derecha vemos el ciprés. "El ciprés es en Europa un símbolo de duelo. Quizás se trata de todos modos de una mala interpretación, aunque sea de origen muy antiguo, del simbolismo universal y primitivo de las coníferas que, por su resina incorruptible y su follaje persistente, evocan la inmortalidad y la resurrección". (Imaginaria.)

  Una nave, en medio de una tormenta en alta mar,  hay arriba una estrella, se trata de la Stella Maris, nombre antiguo que se le daba a la Virgen María. Este símbolo se localiza al centro en la mesa de oficio.

  San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima, santos peruanos colocados en el altar al lado que les corresponde, masculinos a la izquierda, femeninos a la derecha. En la extrema izquierda está San José Macías, santo nacido en España y muerto en el Perú.

  "San Juan Macias, amigo íntimo de San Martín de Porres y coetáneo de Santa Rosa de Lima. Fueron los tres santos Dominicos que, en el siglo XVII animaron la vida Cristiana de la ciudad de Lima". (Wikipedida.)






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